Volveremos a vivirlas. Y es que ese es el deseo, el anhelo y las esperanzas de los peralteses que este fin de semana rememoraron, gracias a un espectáculo que tuvo lugar en la plaza de toros, las fiestas patronales en honor a la Virgen de Nieva. Los impulsores, los miembros de la txaranga El Garrafón, contaron con la colaboración de entidades y asociaciones locales y mostraron su satisfacción tras los dos pases para los que agotaron las entradas en apenas unas horas.

Javier Castillo, uno de los componentes de este grupo, explica que “el espectáculo comienza con una pequeña presentación y después, de la mano de una familia que deja el pueblo para irse a la ciudad y vuelve pasados unos años, reviven unas fiestas y todas las experiencias y sentimientos que ello conlleva y, por supuesto, quieren volver a vivir aquí”.

Unas 1.000 personas en los dos turnos disfrutaron con la presencia y las actuaciones de los actores del grupo de teatro La Trapera, que se encargaron de llevar el hilo conductor de la historia, de la Txaranga Bakerías, la banda de música, los joteros, los auroros, el coro parroquial, de la comparsa de gigantes y cabezudos y de los gaiteros, que tocaron siempre junto a los miembros de El Garrafón.

“Hubo momentos muy conmovedores de las fiestas, sabemos que muchas personas se emocionaron. La verdad es que creemos que ha salido muy bien y estamos muy, muy contentos; los vecinos se quedaron encantados”.

Durante algo más de hora y media los peralteses rememoraron el chupinazo, la salve, la aurora, las jotas, las verbenas o los pasacalles gracias a la música popular, pasodobles y canciones de txaranga que sonaron a los cuatro vientos. “Estamos encantados de hacer algo que se sale de la rutina de una txaranga y de haber obtenido tan buena respuesta, ha sido un acto muy potente y estamos muy orgullosos del resultado”, apunta Castillo que insiste en que, a pesar de que mucha gente se quedó sin entrada “es un acto único; ni se puede repetir ni se puede hacer en otro momento. Era ahora. Y es que esperamos que el próximo año podamos vivir cada uno de estos momentos en la calle, en las fiestas tal y como las conocemos”.

Además, la recaudación del precio de la entrada, 5.000 euros, la donaron de forma íntegra a la residencia San Miguel. “Agradecemos a todas las asociaciones que han venido porque ha sido un trabajo inmenso, al Ayuntamiento y al público por volcarse y hacerlo posible”, finaliza Castillo.

El Garrafón

La txaranga empezó a dar sus primeros pasos en el año 2017 pero, tal y como explica Javier Castillo, “éramos muy pequeños, sin experiencia, con algunos problemas de afinación y ahora, poco a poco, y gracias a que muchos estamos en el conservatorio, hemos dado un gran salto de calidad. Hemos experimentado un gran cambio y ahora la txaranga suena muy bien y tocamos piezas de cierta dificultad”.

Sus componentes, todos ellos entre los 15 y 22 años y vecinos de Peralta pero también de Andosilla y Villafranca, esperan con mucha ilusión el año que viene para poder ofrecer rondas, pasacalles, bolos y conciertos allá donde les llamen.