Una tabla de madera colgada de la pared de la Bobedaza, la casa más antigua de Berbinzana situada junto al Arga, confirma que esta riada ha sido la más grande la localidad desde que tienen registro. En 1993 el pico de la riada llegó a los 1114 metros cúbicos de agua, mientras que ayer se registraron en Berbinzana 1125.

Asustados por esta crecida, la más grande que recuerdan, los vecinos y vecinas del municipio llevan desde el viernes por la mañana haciendo turnos para vigilar esta vivienda de piedra y las de al rededor para evitar así que entre más agua en sus interiores. “El viernes por la mañana decidimos hacer guardia día y noche porque la Bobedaza siempre se inunda. Empezó a salir agua por todos lados, así que estamos todo el rato achicando el agua y limpiando”, explica Conchi Sánchez, vecina de Berbinzana.

Los agricultores y propietarios de las huertas de Berbinzana son los más afectados por el desbordamiento del río Arga, que ha cubierto por completo estos cultivos. Jesús Suescun, vecino y propietario de uno de estos huertos, cree el problema viene de las parcelaria que hizo INTIA hace unos años. “Riadas ha habido siempre, he visto más de 150, pero desde el desastre de la parcelaria de Soto de Berbinzana, el agua destroza mucho más los campos”, dice.

Al lado de la Bobedaza y a apenas a unos metros del Arga, está situada la casa de Francisco Javier Chocarro y su familia, que colocaron ladrillos y cemento para evitar que el agua se colase por las puertas. “Normalmente no entra el agua, pero vimos que esta vez iba muy rápido. Colocamos dos filas de ladrillos justo 15 minutos antes”, narra Chocarro. Es la primera vez que ponen una barricada y de no haber sido así, “el agua habría entrado a bastante altura”. Como Chocarro, los de Berbinzana dicen no haber visto nunca una crecida como esta.

Además de filtrarse en distintas casas, el desbordamiento ha destrozado distintos caminos de al rededor y los vecinos y vecinas se mantienen a la espera de que baje el nivel. La entrada al municipio se mantiene cerrada, y la única forma de entrar a Berbinzana es desde Larraga.

Ahora, los habitantes de Berbinzana esperan que la tabla de madera que decora la pared de su querida Bobedaza no vuelva a incluir una cifra tan grande como la de estas inundaciones.