Buñuel se echó a la calle para enseñar sus casas. Varios vecinos del municipio ribero, bañado ahora por el Ebro en la literalidad, aprovecharon la visita de Pedro Sánchez para soltarle plegarias, enseñarle de cerca el chandrío y reclamarle soluciones. Fueron enérgicos en que se limpiara el cauce del río, como le recordaban con energía el matrimonio formado por Jesús Antón y Nina Santos, en la calle Ramírez Figueras, asomados a la terraza.

"Cíclicamente, cada tres años, lo tenemos que sacar y no nos entra". "Ayudas bien, soluciones, sí, y si no habrá que hacer Fuenteovejuna, todos al río y los señores de Zaragoza que lo manejan que nos lleven a donde nos tengan que llevar porque no puede ser esto. Nos estamos dejando la vida. Siete veces en diez años. El tema es serio", afirmó Antón. Otra vecina, Ana Osta, de la cooperativa SAT Buñuel, reclamó soluciones para la agricultura de la zona. "Antes fue Filomena, ahora esto. No podemos más. Somos una cooperativa pequeña, de 40 agricultores, y es imposible aguantar esto. Teníamos la cosecha de todo el invierno retrasada un mes y ahora ya no tenemos cosecha. Los agricultores estamos con el agua al cuello, superagobiados con inversiones muy grandes que afrontar", relató.

Otra vecina, en la entrada de su casa, le pidió al presidente que "por favor hagan algo". "No podemos más, cada vez somos más mayores y estas casas nos van a quitar la vida. No puede ser, de verdad. A ver si hacen algo", le dijo. Sánchez, en el tránsito por el pueblo, accedió con el resto de autoridades al bar La Cochera, donde su dueño, Juanjo Sarría, le sirvió un cortado mientras le contaba que el agua le había inundado por primera vez el local tras 55 años.

"Los agricultores no podemos más, estamos superagobiados, es imposible aguantar"

Vecina de Buñuel y trabajadora en SAT

"Esto es muy serio. Llevamos siete riadas en diez años. Nos estamos dejando la vida"

Vecino de la calle Ramírez Figueras

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Pedro Sánchez visita Buñuel

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Pedro Sánchez visita Buñuel