Sus Majestades extremaron las precauciones, al igual que todo su séquito y el público, pequeños y mayores. Pero el coronavirus no impidió que los Reyes Magos se dejaran ver por las distintas localidades de la Comarca de Pamplona, preparadas para unas cabalgatas diferentes. En algunos casos estáticas -para no desparramarse y facilitar el control de aforos- como en el Valle de Aranguren y Beriáin, que hicieron de sus frontones su escenario cabalgatero.

Otras, ante el incremento de positivos en plena sexta ola, optaron por suspender la Cabalgata, caso de la Cendea de Berrioplano. Tampoco la Cendea de Cizur celebró la recepción a Sus Majestades en las distintas iglesias de sus concejos. Por lo demás, la tónica general fue la recomendación (difícil de cumplir) de mantener la distancia de seguridad, simplificar la composición de la cabalgata, evitar paradas y hacer más veloz el recorrido, omitir las recepciones en interiores y el consabido uso obligatorio de la mascarilla. Con una FFP2 o una FFP3 es más difícil comer caramelos, pero ningún bozal puede impedir desgañitarse y gritar a pleno pulmón "¡Melchor! ¡Gaspar! ¡Baltasar!".

En Noáin el recorrido se limitó a la calle Bardenas Reales, eliminando el recibimiento en la plaza de los Fueros y el colofón en la zona del polideportivo. Villava, para evitar aglomeraciones, prescindió de la llegada de Sus Majestades en caballería real desde el puente de la Trinidad de Arre, así como la tradicional recepción en la iglesia parroquial. En Ansoáin ni volaron caramelos ni hubo regalos en la parroquia. En Burlada los Reyes entraron a la localidad en moto y dividieron su trayecto en dos mitades, primero por Erripagaña hasta recibir las llaves de la ciudad en el Puente Viejo, y después en cabalgata por las calles más céntricas.

En Zizur, donde los Reyes llegaron a caballo y se montaron después en sus carrozas, también suspendieron la recepción en el Ayuntamiento y las visitas a las parroquias, y en Ororbia (Cendea de Olza) la recomendación para los más pequeños fue saludar a Sus Majestades desde puertas, ventanas o balcones de casa. De una u otra forma, pudieron disfrutar de una tarde de reyes.