Villava/Atarrabia cuenta con un plan para mitigar el impacto de las riadas y ahora dispone además de una línea abierta en los presupuestos del Estado para poder llevarlo a cabo. Un ambicioso proyecto que abarca el tramo final del río Ultzama hasta su confluencia con el río Arga. Fue tras la avenida sufrida en 2013 cuando el Consistorio encargó el diseño de una estrategia de recuperación y mejora hidráulica del río Ultzama. Un plan de medidas correctoras para "la mejora ambiental de la margen derecha del tramo, así como hidráulica de las infraestructuras y estructuras de cruce del cauce", teniendo en cuenta los "condicionantes urbanísticos" que existen en la zona. La principal conclusión es que actual la trama urbana de la margen derecha del río Ultzama, y en particular las edificaciones más cercanas de las calles Errondoa y San Andrés, es "muy vulnerable" frente al riesgo de avenidas. El informe, fechado en abril de 2021 y elaborado por el ingeniero de Caminos Jesús Cabrejas (Tenada), tiene un presupuesto de 5.628.276,74 euros. Los trabajos se deberían iniciar en 2022 tras el acuerdo presupuestario alcanzado con el Gobierno de Sánchez por parte del grupo parlamentario de Geroa Bai a través de su senador Koldo Martínez. La petición de financiación al Estado de esta obra se produjo días antes del reciente episodio de inundaciones, la más demoledora de todas ya que anegó los barrios de Ultzama y Martiket con mayor virulencia.

Terrenos anegados en la calle San Andrés.

Una de las medidas más importantes consiste en derribar el puente de San Andrés, "una sección crítica para avenidas que superen caudales en el río Ultzama por encima de 150-165 m3/s", y construir uno nuevo en el mismo emplazamiento. La geometría del nuevo puente se encuentra condicionada por la rasante de la carretera que "se adapta a la existencia del muelle de carga de la Papelera San Andrés". "La presencia de este muelle constituye un importante condicionante de diseño. De la misma forma que la presencia de esta industria ha supuesto una importante afección al medio fluvial", reconoce el estudio. El puente propuesto tendría un tablero curvo de 12 metros de anchura y 63 metros de longitud con un apoyo intermedio, "o en su caso, el diseño que el proyectista acometa que mejoraría los problemas de avenida en un periodo de retorno de 10 años e incluso mayores".

Puente de San Andrés y vigas de ampliación del tablero.

El plan propone la demolición del edificio actual de la vieja fábrica de Iongraf S.A. y la retirada de todos los elementos de cimentación e instalaciones subterráneas. Plantea también un estudio de contaminación del terreno y la eliminación de potenciales suelos contaminados. La adquisición de la propiedad de los terrenos y la reurbanización de la parcela serían los pasos siguientes en la hoja de ruta.

La existencia del Azud (presa) de San Andrés se encuentra actualmente asociada al colector de pluviales que cruza el río Ultzama a través de esta obra hidráulica. El informe propone demoler la arqueta previa al cruce del río ubicada en su margen izquierda y reubicarla en un emplazamiento más alejado del río. También contempla el retranqueo de orilla entre el azud y el estribo izquierdo del puente desmantelando la escollera actual y la retirada del colector de PVC, y "el dragado de depósitos aluviales". Medidas correctoras que en todo caso deberían ser coordinadas con la Mancomunidad. En caso de no demolerse el azud, se plantea el dragado continuo de "islas de depósitos aluviales".

Vista del azud de San Andrés y la papelera, que no se toca.

Hay dos alternativas. La primera, considerada "la mejor para corregir los impactos", plantea la demolición de la pasarela actual, incluyendo sus cimentaciones y defensas de la orilla (escolleras, muro), presentes en esta margen derecha del río. Se plantea una nueva pasarela a la altura del Molino de San Andrés, y se prevé la reubicación del paseo del Arga hasta "alcanzar la nueva pasarela peatonal". Y adaptar el desagüe del colector de pluviales. Esta intervención permite demoler el muro actual y la escollera. Otra ventaja es que mejora las condiciones hidráulicas del tramo, dando "continuidad a las aguas" y mejorando el "ángulo de la confluencia entre los ríos Arga y Ultzama". La intervención permite además solucionar la presencia de los vertidos contaminantes que se han detectado en el colector de pluviales, el desmantelamiento del depósito de gasoil de Iongraf y la "eliminación de posibles suelos contaminados". Una segunda alternativa para por incorporar un canal enterrando a modo de "bypass hidráulico".

Pasarela peatonal y desagüe.

La margen derecha desde el puente de San Andrés hasta la desembocadura se encuentra definida por un muro de hormigón de 235 metros de longitud y una altura de cinco metros que, "una vez sobrepasada la pasarela peatonal del camino del Arga, se transforma en un muro de escollera". En este caso, las medidas dependen de la opción que se elija respecto a la pasarela peatonal. Si se opta por reubicarla se podría retirar el muro de contención, las escolleras de defensa presentes en el final del tramo y de la represa que hay para captación de aguas de la vieja fábrica de Iongraf. Así se lograría además "reconstruir" la ribera natural del cauce del río. Una medida correctora parcial consistiría en crear un bypass aguas abajo del nuevo puente lo que permite "una mejora hidráulica pero no ambiental".

Desagüe colector margen derecha.

Industrias y urbanizaciones. Históricamente, la villa ha sufrido una "invasión" por parte de industrias, urbanizaciones y otros servicios que se han asentado sobre sus márgenes, ocupando las plataformas de inundación, las riberas e incluso el cauce menor de los dos ríos.

Degradación. A lo largo de los años, los terrenos ocupados han ido "degradando" el ecosistema fluvial, a la vez que se han visto afectados por las avenidas cada vez más frecuentes y de mayor caudal debido al cambio climático.