- La pandemia ha dejado en la capital ribera una huella que tardará en desaparecer, no solo a nivel anímico y social, sino incluso estadístico. El paso de la covid-19 en 2020 por Tudela dejó el mayor número de fallecidos que se han registrado en la ciudad desde que se hacen estadísticas (1975), llegando a los 364, casi 100 personas más que las que fallecieron en 2019 que llegaron a ser de 264. Los grandes números recogidos a lo largo de los 9 meses que duró el primer golpe de la pandemia han dejado una cifra difícil de superar.

Esta incidencia en la mortandad ha tenido igualmente en otros registros como en el del crecimiento natural de la población tudelana . Este índice refleja simplemente la diferencia entre el número de nacimientos y el de las defunciones y en el pasado año de 2020 la cantidad llegó a ser de -66. Nunca la capital ribera había tenido número negativos y bata con comparar con lo registrado el año anterior, en 2019, cuando se llegó a la cifra de 84. En los mejores años de crecimiento de la ciudad, con la constante llegada de empresas y de obreros, con familias que llegaban de diversas provincias Tudela registrada un crecimiento natural de hasta 293 personas, como sucedió en 1977, 245 en 1979, 193 en 1981 o más cercano los 167 de 2010.

Son cifras de crecimiento natural que no tienen en cuenta la llegada de migrantes adultos para trabajar. Solo nacimientos y fallecimientos. Estos números negativos tuvieron también su repercusión en todo Navarra como lo muestra el hecho de que el crecimiento natural en todo Navarra fue de -1.626 personas.

Para que el crecimiento natural sea negativo por primera vez en la historia moderna de la ciudad, también el número de nacimientos ha de ser bajo.

Así lo muestran las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística que dibuja una Tudela con 298 nacimientos en 2020, la primera vez que baja de 300 en los últimos 15 años. Habría que trasladarse al año 2006 para ver una cifra tan baja y entonces se llegó a 266 nacimientos, pero con muchos menos fallecimientos. Como contraste, en el año 2019 nacieron en la capital ribera 353 niños y niñas.

También la pandemia impidió a la población realizar su vida normal y ese hecho tuvo su repercusión en todo tipo de acontecimientos sociales. Bodas, comuniones y bautizos se tuvieron que suspender, aplazar o anular y también se llegó a un mínimo histórico en lo que se refiere a las ceremonias. De hecho durante algunos meses no se podían celebrar.

Como consecuencia el número de bodas celebrado en Tudela en 2020 también ha marcado un mínimo histórico quedándose en 70; también la cifra más baja desde que existen registros. Solo un año antes, en 2019, la cantidad había sido de 113. Nada que ver con los 232 enlaces que se celebraron en 197, pero lejos también de los 138 de 2017 o los 144 de 2015.

El resto de localidades de la Ribera no sufrió tanto como la capital los golpes de la pandemia. Muchos de los municipios tuvieron un elevado número de fallecidos, pero solo Tudela, Murchante (46) y Villafranca (52) tuvieron una cifra sin precedentes. Localidades como Cascante (51), Castejón (45), Cintruénigo (77), Corella (86) o Cortes (38) sufrieron muchas pérdidas, más fallecidos que en años anteriores pero registros cercanos os superaron. Incluso otros pueblos como Ablitas (22), Arguedas (26), Buñuel (28), Cabanillas (19), Cadreita (18), Fustiñana (21) o Valtierra (35) tuvieron menos pérdidas que en el año anterior a la llegada de la covid-19.