l proyecto de la carretera de Pamplona a Francia por el Valle de Baztan, en la actualidad conocida por la N-121-B, cumple 175 años desde su apertura en 1847. La nueva ruta, a través de los puertos de Belate y Otsondo, fue un acontecimiento trascendental para la mejora de las comunicaciones con Europa, el progreso y los negocios, y para el desarrollo urbanístico del primer ensanche de Elizondo.

La primera carretera de la que existe noticia en Navarra es el llamado Camino Real, que discurría de norte a sur y concluía en las proximidades de Cintruénigo y Fitero, sin que continuase a Madrid por Castilla que era su destino. El tudelano Luis María Marín Royo, en su obra Caminos, Postas y Correos (1978) afirma: “Este camino sabemos que es el primero que se construye en España”.

En aquel tiempo, las comunicaciones entre Pamplona y Elizondo eran muy deficientes y complicadas. Estaba la gran barrera de Belate, dificultosa en invierno, con caminos poco más que senderos de monte, las mercancías se transportaban a lomos de mula o caballo, y las personas lo hacían en carruajes incómodos.

No es hasta finales del siglo XVIII cuando se pide por la Diputación “Provincial”, poco Foral y menos reino desde la triste y desastrosa Ley Paccionada de 1841, a la Corona de España plena libertad para construir y ordenar sus caminos, solicitud que le fue concedida. A partir de entonces, Navarra acomete la realización del ambicioso proyecto que tiene preparado, que consiste en abrir caminos que tendrán “un mínimo de 23 pies de ancho (7,90 m.) y con límites extremos de piedra”.

Y a principios del siglo XIX se suscitan “ardientes disputas” por el trazado de la carretera de Pamplona a Francia. El vecino de Donamaria, José Joaquín Aguirre, presenta un proyecto hacia Irun por el puerto de Elzaburu y Santesteban (Doneztebe), y Francisco Berrueta otro a Bayona, pasando por Lantz, Belate, Elizondo, Maya (Amaiur) y Urdax, pero no se realizarán.

Y es el año 1833 cuando la Diputación encarga al arquitecto Pedro de Ansoleaga el estudio de carretera Pamplona-Francia por Belate, Elizondo y Erratzu. Se aceptó con la rectificación del desvío a Urdax, que es el actual por el puerto de Otsondo que se construyó en 1847, hace pues 175 años.

Este camino partirá desde la “puerta de San Nicolás” con dirección oeste a este hacia el norte pasando Belate hacia Almandoz para enlazar a un cuarto de legua (en el cruce de Berroeta) con dos ramales hacia Francia, el más importante por Irurita, Elizondo y Urdax al puente de Dantzarinea. Con la garantía de la Diputación, la carretera, costó 11 millones de reales, con 6,5 leguas (cada legua, 4,828 kilómetros) a Berroeta y 7 más a Dantxarinea.

En Baztan y más concretamente en Elizondo, la apertura de la carretera originó fuerte controversia. El maestro Juan Eraso Olaetxea, que fundó y dirigió la Agrupación Coral, escribió un artículo al cumplirse un siglo, en 1947 cuando era alcalde, donde comentaba: “El paso de este Camino Real, como se llamaba entonces, por el pueblo de Elizondo, suscitó grandes discusiones reflejadas en el interesante Libro de Actas”.

Allí se reproducen dos resoluciones de la Junta de Comisionados del 27 de abril de 1844 y se resuelve que al dueño de una propiedad “se le oficie por el regidor (el alcalde) Intimándole al pago de los 120 pesos que debe con el fin de invertirlos en la indemnización de perjuicios que tienen los particulares a quienes se les van a demoler los hornos y edificios que pilla la carretera”. Y se disponía que “la mitad del producto que rinden los arbitrios del pueblo se destinen desde hoy a la indemnización de perjuicios que se originan con motivo de la carretera”.

Pudo ser trazada por la calle principal (la de Jaime Urrutia) “pero prevaleció un criterio más acertado (...) y una resolución bien tomada ha dado grandes beneficios al mejoramiento urbano” de Elizondo. Hoy es la calle Santiago que prestó servicio hasta 2012 cuando al revelarse insuficiente y problemática para el incremento del tráfico se abrió la actual variante.