Si los corredores del encierro fueran guerreros masái, en un pequeño pueblo de Kenia, las hienas, las jirafas y los leones harían las veces de toros en un marco inigualable en el que la llanura, vestida de tierra color paja, acogería todo tipo de bailes a cielo abierto y las fachadas de las casas de adobe servirían como frontón improvisado en el mayor ritual de la aldea. Su particular San Fermín, con salida de peñas y cánticos a un santo morenico -más morenico de lo habitual-, que seguiría vistiendo el pañuelico rojo.

Después de dos años de pandemia, Dennis Koikai (Patxi para los amigos), echa mucho de menos las fiestas. El pamplonés Borja Lezáun, realizador audiovisual, ha sabido retratarlo a la perfección haciendo un guiño que no tiene desperdicio con un curioso vídeo que este cuarto peldaño de Escalerica ha circulado por las redes como la pólvora. Un trabajo que, dice, se le ocurrió mientras estaba de safari en Kenia.

Aquí puedes ver el vídeo:

Patxi, el masai que espera los Sanfermines

Patxi, el masai que espera los Sanfermines

"Siempre estoy pensando en cortometrajes, historias, videoclips... Se me ocurrió la idea, se lo planteé y les gustó. Les conté la historia, les enseñé fotos de los Sanfermines y nos lo pasamos muy bien grabando. Lo hicimos con poco tiempo y pocos medios pero lo conseguimos sacar adelante", explica el conocido como 'tiramillas' en algún que otro programa de televisión. "Tenía una espinita clavada porque hace unos años en India, en otro viaje que hice, grabé otro vídeo, diferente pero también relacionado con esto. Perdimos todo el material y no se pudo hacer nunca", confiesa.

Cuenta que Dennis, el protagonista, es un masai con el que hicieron amistad en Kenia durante el safari "y alucinaba cuando le enseñábamos las cosas de San Fermín, decía que le gustan Osasuna y la Real Sociedad. Lo pasamos bastante bien, lo hicimos en dos días porque cuando empezamos a grabarlo, a los diez minutos nos cayó un diluvio universal. Justo allí no llueve nunca. Los de la tribu se quedaron muy contentos porque decían que cuando llegaba un visitante y llovía significaba buena suerte, era algo muy bueno. Volvimos a aparecer el segundo día a grabar y nos recibieron con los brazos abiertos, decían que era una bendición".