Fue de largo la zona de Pamplona más afectada por las graves inundaciones del 10 de diciembre del año pasado. A varios de los comerciantes de la calle Joaquín Beunza en la Rochapea solo les dio tiempo para poner a salvo parte del género o los materiales de más valor antes de que el agua entrara desbocada en sus locales.

Eso ocurrió en el mejor de casos, porque algunos no tuvieron margen ni para eso, impotentes al comprobar cómo las defensas de la ciudad no habían podido evitar una nueva riada con graves consecuencias para ellos.

Son muy conscientes de que ocurrirá otra vez, de que el río volverá a ocupar las riberas de la Rochapea cuando las precipitaciones enfurezcan al Arga y sus afluentes, pero no se resignan a esperar de brazos cruzados a que una nueva avenida arruine sus negocios y sus vidas.

El anuncio del Ayuntamiento de Pamplona de que habrá ayudas para mejorar los sistemas de protección puede suponer un pequeño alivio, aunque los comerciantes del barrio lamentan que nadie se haya puesto en contacto con ellos para conocer sus necesidades ni se hayan interesado por su situación.

El presidente de la asociación de comerciantes La Rotxa, Fermín Damborena, presidente, confirmó que nadie les ha preguntado por las medidas que es posible implementar en sus locales de cara a reducir los daños, como sí ha sucedido con los administradores de fincas y las comunidades de propietarios del barrio.

“Ni el alcalde, ni la concejala de barrio, ni la concejala de comercio, ni los técnicos municipales se han dirigido a la asociación de comerciantes ni a ninguno de los comercios afectados por la riada, sean asociados o no. No nos han llamado para preguntar qué necesitamos, ni si tenemos propuestas para limitar los efectos de las riadas. ” aseguró Damborena.

A principios de febrero, el Ayuntamiento anunció que técnicos municipales habían mantenido varias reuniones “para conocer testimonios y analizar el alcance de las inundaciones en los edificios” más afectados de Rochapea y Txantrea, donde los daños fueron algo menores.

El alcalde Enrique Maya aseguró durante esa rueda de prensa que se estaba elaborando una convocatoria de ayudas, que tendría carácter plurianual, para adecuar los edificios de las zonas inundables ante posibles nuevas avenidas, de forma que se puedan evitar o minimizar los daños ocasionados por el agua.

El 9 de marzo, a través de una nota oficial, el equipo de Gobierno puso números: según una primera valoración harán falta entre 400.000 y los 675.000 euros para poner en marcha las medidas de autoprotección demandadas por alrededor de un centenar de comunidades de vecinos y vecinas de los edificios de las zonas inundables de Rochapea y Txantrea.

Al comprobar que no había referencias expresas a los comerciantes, el concejal de Geroa Bai Javier Leoz preguntó por la cuestión en la Comisión de Urbanismo celebrada el 13 de abril.

En su respuesta, el concejal Fermín Alonso confirmó que las ayudas también alcanzarán a los comerciantes: “Se conoce la problemática de los comercios, se ha reunido con todos los administradores de fincas, con todas las comunidades de vecinos y además se ha reunido el Ayuntamiento con todos los comerciantes que han solicitado una reunión o han mostrado interés en esta cuestión. Se va a incorporar en la convocatoria de subvenciones para la que se aprobaron los fondos en el pasado Pleno, la solución a los problemas que, fundamentalmente tajaderas en las puertas o cuestiones relativas a los escaparates, necesiten los comerciantes”.

Los comerciantes de la calle Joaquín Beunza no han tenido conocimiento de esas reuniones celebradas ni tampoco si podrán optar a las ayudas anunciadas. “Parece que los comerciantes de la Rochapea somos de segunda clase. Si llegamos a estar en Pío XII seguro que nos habrían hecho caso” se lamentaba Sergio Fayanás, que regenta el local de Biopompas.

En su caso, los daños de la riada sobrepasaron los 6.000 euros, principalmente de mobiliario. “Mis productos no sufrieron como en otros negocios, pero las estanterías han quedado inservibles y habrá que volver a pintar cuando esté completamente seco” comentó Fayanás, que ha estado mirando los sistema de compuertas instalados en algunos comercios para limitar los efectos de las riadas.

El local de la carnicería Domínguez está al lado. Mientras prepara el género, José Ignacio Brasero recuerda que tuvo suerte el día de la riada ya que la mayor parte del producto no había llegado.

Aun así, ha tenido que cambiar el suelo, parte del mobiliario y una máquina de vacío quedó inservible. En total, más de 3.000 euros, sin contar la pintura.

Iban Romo, de Gráficas Xavier, quiso agradecer el apoyo recibido de los comerciantes y del barrio, frente a lo que considera ha sido un abandono de los responsables municipales.

“Parece que no importamos. Queremos proteger nuestros negocios, facilitar el acceso de las personas con discapacidad al local, pero aquí nunca llegan las ayudas. No han hecho ni acercarse por aquí”.

Muy cerca se sitúa el local de Maite Fernández, Theara, donde los daños superaron los 11.000 euros. “Queremos proteger nuestros negocios, porque habrá más inundaciones y queremos estar preparados”.

En el caso de la Rochapea, la inundación del 10 de diciembre llegó a inmuebles de las calles Río Arga, Pedro de Alejandría, Joaquín Beunza, parque de los Enamorados, Bernardino Tirapu, travesía de Bernardino Tirapu, travesía de las Huertas, Ezcároz, calle Arbizu, travesía de Arbizu, Juslarrocha, plaza de Sancho Abarca, Ochagavía y Pedro de Alcatarena.

En total, la riada afectó a 1.199 viviendas, 1.520 plazas de garaje y 630 trasteros del barrio, según los datos aportados por el Ayuntamiento de Pamplona.

Al margen de las medidas de autoprotección de cada edificio, las medidas que se deben adoptar pasan por barreras antiinundación en puertas peatonales y de garaje, así como en cualquier otro tipo de apertura en fachadas, con distintos sistemas de montaje y estanqueidad para evitar el paso del agua.

Algunos inmuebles demandan, asimismo, sistemas de impermeabilización continuos y de estanqueidad de puntos concretos de sótanos, elevar troneras o mejoras en el sistema de bombeo.

Iniciativa solidaria

Para recaudar fondos destinados a los comercios que sufrieron más daños, la asociación de comerciantes La Rotxa ha organizado la representación de una obra de teatro, Tic Toc, que se podrá ver en el salón de actos de IES Plaza de la Cruz el próximo 30 de abril.

Diecinueve comercios se han presentado voluntarios para vender las entradas: Calzados Rotxa Oinetakoak, GS Peluqueros, Yolan’s Hornapan, Webtime, Haizea kafetegia, Perfumería Gema, Floristería La Huerta, Peluquería Esti, Ogi Berri La casa del rio, Cabezon & Fernández, Floristería Madreselva, Mercería Isabel, Eco-Navarra, Peluqueria Tu imagen, El Escaparate De Atrás, Txaro Moda, Carnicería Zaraitzu, Marion se va de compras y Carnicería San Miguel. Hay 595 localidades disponibles y el precio de la entrada es de 6 euros y se ha habilitado una fila cero.