Navarra Suma "incumple en las barras de la Plaza el Castillo", de "manera flagrante", según la oposición, la normativa sanitaria que luego exige a cualquier instalación de estas características en la vía pública, máxime en San Fermín.

Estas 10 barras de hostelería, la idea estrella del equipo de Maya para estos Sanfermines, no van a tener ni agua corriente ni desagüe (así lo reconoce el área de Seguridad Ciudadana en el condicionado), cuando la Ordenanza de Higiene Alimentaria municipal, desarrollada por UPN en 2006 y modificada también por UPN en 2014, es clara con las exigencias a las actividades de hostelería de carácter no permanente en Pamplona: “Deberán disponer de agua de consumo humano conectada a los fregaderos y lavamanos necesarios para la limpieza del utillaje y aseo del personal, y desagüe a la red de saneamiento”, se recoge en el artículo 51.4.

A pesar de las dudas manifestadas por el propio alcalde sobre su idoneidad, pero una vez que se sabe que la idea de 10 barras en la Plaza del Castillo sigue adelante de cara a las próximas fiestas, porque hay 13 bares interesados en instalarse allí (esta mañana, a las 9, es el sorteo), los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Pamplona, han exigido al concejal de Seguridad Ciudadana de Navarra Suma, Javier Labairu, información sobre la propuesta, ante la que ya manifestaron sus serias dudas. Más allá de lo conocido por los medios, la única información añadida que les ha facilitado es que de los 13 locales interesados, la amplia mayoría, 9, son de la misma plaza, y apenas 4, del Labrit.

LA OPOSICIÓN CUESTIONA LA HIGIENE Y LA SEGURIDAD DEL ESPACIO

El debate ha sido tenso, ya que los portavoces han preguntado, sobre todo, por las condiciones de higiene de las casetas, dado que no van a tener agua, y fue Labairu quien les señaló que se valora que tengan un bidón de 50 litros de agua para que se laven las manos, que tendrán que ir llenando continuamente. Nada de desagüe.

Los grupos de la oposición han manifestado su total disconformidad con el Equipo de Gobierno de Maya, porque, además, ha actuado “de forma unilateral” en todo este tema, por lo que señalan que todo lo que puede ocurrir allí, “es responsabilidad únicamente suya”, ha observado Maider Beloki (EH-Bildu). La concejala ha indicado que no pueden estar a favor de esas barras privadas por varias cuestiones: “Es una privatización descarada del espacio público para el negocio de unos pocos, y, desde una perspectiva cultural, la programación va a sufrir una evidente merma en la calidad de los contenidos”. En lo que se refiere a la imagen de la fiesta, “convertir la Plaza del Castillo en una macrodiscoteca no encaja, de ninguna manera, con la imagen que queremos proyectar al exterior de los Sanfermines”.

También le preocupa a EH Bildu “la falta de higiene que van a tener estas casetas de bar al no disponer de agua corriente, con lo que Navarra Suma, se salta y permite que se incumpla “de manera flagrante” la Ordenanza de Higiene Alimentaria del propio Ayuntamiento”. Por último, desde el punto de vista “de la seguridad, el diseño del nuevo espacio nos genera muchas dudas de cara al tránsito de las personas, sobre todo en los días y horarios de más afluencia de público”, ya que “la instalación de carpas en un espacio de por sí saturado puede dificultar el tránsito peatonal en los accesos al Casco Viejo, que son pasos ya de por sí saturados”.

Maite Esporrín, en nombre del PSN, también se ha mostrado muy crítica con la oferta hostelera de Navarra Suma para el centro de la fiesta: “Creemos que es un error crear la Plaza del Castillo una especie de discoteca gigante con djs”, lo que “previsiblemente dificultará el paso, incrementará el botellón y la suciedad en la plaza”. La edil socialista incide en los problemas sanitarios, ya que “son insalubres, al no contar con agua corriente ni desagüe”. Por todo ello, considera el PSN que la propuesta de las 10 barras “no supone una alternativa lógica a la zona del Labrit, que llevaba trabajando 32 años y era un espacio más para la ciudadanía”.

También Geroa Bai, en palabras de Patxi Leuza, se muestra radicalmente en contra de este tipo de instalaciones privadas y en pleno corazón de la fiesta, y de la “discriminación” respecto a otras asociaciones y grupos culturales: “Colectivos populares y grupos de diversidad cultural, fuera de las murallas” y, “en cambio, al centro de la ciudad llevan unas barras privadas con ánimo de lucro sin medidas higiénicas y sacando de esta zona emblemática de la ciudad todos los iconos de las fiestas de San Fermín”.