Los municipios de Iparralde (Biriatu, Urruña, Ziburu, Azkaine, Sara, Senpere y Ainhoa) y Navarra (Bera, Etxalar, Zugarramurdi, Urdazubi, Baztan) han creado desde 2021 un grupo de trabajo llamado Gure Mendia. Su vocación es desarrollar un espacio de intercambio y prospectiva común sobre la gestión y la planificación de los macizos fronterizos de esta zona, en temas como el pastoreo, el bosque, los multiusos, la biodiversidad, el patrimonio. Los municipios, principales gestores de este espacio, comparten un contexto montañoso. Este espacio común está experimentando cambios en las prácticas agrícolas tradicionales. Es también un territorio de vida marcado por los intercambios transfronterizos. Estos macizos son accesibles, muy frecuentados por los practicantes de actividades al aire libre, lo que genera problemas recurrentes de convivencia, presión territorial y visitas. Esto subraya el desafío de desarrollar el territorio y gestionar los flujos. El enfoque de Gure Mendia y la voluntad de trabajar juntos a escala transfronteriza se vieron reforzadas por los incendios de febrero de 2021 que afectaron a los macizos de Larrun y Xoldokogaina.

Las cuestiones relativas a la gestión pastoril del macizo y sus sinergias con la gestión forestal, realizadas en el marco de los Planes de Ordenación Forestal de la ONF y el Plan Forestal del Gobierno de Navarra, son significativos en todos los intercambios del grupo de trabajo. Los miembros de Gure mendia comparten temas y acciones a desarrollar en torno al pastoreo, así como los retos en torno al bosque con el deseo de reforestar después de los incendios, para proteger las plantaciones y prevenir futuros incendios.

Para llevar a cabo actuaciones concretas que puedan ser realizadas por uno o varios municipios, es necesario contar previamente con un diagnóstico pastoril a escala de Gure mendia. Esta solicitud es un primer paso en la construcción de dicho diagnóstico que incluye un inventario general del territorio, encuestas a los pastores en las montañas para caracterizar los niveles y tipos de uso pastoril, así como una primera compilación de datos cartográficos sobre el equipamiento pastoril actual, y encuestas de personas encargadas que utilizan las montañas. Al final de esta primera fase de diagnóstico está previsto un período de restitución con los municipios, así como con los usuarios y los distintos socios institucionales.