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– Los valles fronterizos de Roncal y Baretous (Alto Bearn-Francia) renovaron ayer en el paraje de Ernaz, en Belagua, la paz del Tributo de las Tres Vacas, el tratado transfronterizo en vigor más antiguo de Europa. El acuerdo, que data de 1375, puso fin a las disputas entre los valles de Roncal y Baretous por el disfrute de los pastos. El tributo, que tiene lugar todos los años el 13 de julio, es la aportación en especie -tres vacas- que los ganaderos del valle de Baretous deben pagar a sus vecinos fronterizos de Isaba, Garde, Urzainqui y Uztárroz, todos ellos en el valle de Roncal, por el derecho al disfrute de sus pastos. Participaron en el acto Carlos Anaut de Isaba, Félix Galech de Urzainqui, Jone Alastuey de Ustarroz, Pierre Casabonne de Arete y Montserrat Castán de Ansó. Al acto asitió la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, que recordó que “en estos momentos en los que la guerra vuelve a amenazar a Europa”, es necesario resaltar “la importancia del respeto y la concordia en las relaciones de vecindad”. En ese sentido, “el Tributo de las Tres Vacas simboliza un acuerdo de paz, por lo que es fundamental reafirmarlo cada año”, dijo la presidenta. Las reses que se entregan tienen que ser “sine mácula” (sin manchas) y del mismo “astaje, pelaje y dentaje”. Justo antes de la entrega de los animales, los alcaldes de los valles de Roncal y Baretous, ataviados con la indumentaria tradicional, renuevan el compromiso de paz que puso fin a las disputa, sellado mediante la imposición de sus manos sobre la piedra de San Martín, el mojón de la muga nº 262 entre España y Francia, y la expresión ‘pax avant’ (paz de ahora en adelante). Se desconoce el origen del pago. Durante siglos se realizó de forma continuada hasta que, en el XIV, dejó de llevarse a cabo lo que provocó numerosos enfrentamientos. Fueron estas contingencias el germen de la sentencia arbitral que desde 1375 se haya celebrado sin interrupción.–D. Noticias

Multitudinario acto con la tradicional presencia de un ganado “sin manchas”.