Siguiendo el más puro estilo Trump o Ayuso y recordando la campaña que lanzó UPN-PP de que el PSOE de Zapatero estaba "vendiendo a Navarra", el alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, ha lanzado un bulo en el pleno de este jueves para justificar la presentación de una moción en la que pedían “blindar Tudela dentro del estatus de zona no vascófona”. Toquero ha señalado que le produjo miedo la presencia de mil personas en la capital ribera que defendían la deszonificación del euskera porque “tenemos indicios de que está encima de la mesa de negociación de Bildu con el Gobierno cambiar la ley del euskera. Si no tuviéramos esos indicios no traeríamos esta moción aquí”. La moción contó con el apoyo de Navarra Suma y del PSN que la respaldó pese a que el alcalde llamó mentirosa a la presidenta una y otra vez y aseguró que “me ha mentido en numerosas ocasiones, no me puedo fiar de ella ni de lo que me dice y si me miente a mi es que miente a los tudelanos. Yo no creo en la palabra de la presidenta”.

La moción ha sido la única que ha defendido el alcalde desde que comenzó la legislatura, sabiendo que tendría así el último turno de palabra, algo que ha usado, como suele ser habitual, para lanzar acusaciones que no se pueden contestar. En este caso ha sido a I-E, que votó en contra, para decirles que “con su voto dicen que para acceder a un puesto de trabajo en Tudela hay que saber euskera”.

Ángel Sanz (PSN) ha sido duro con Toquero aunque se ha subido finalmente a su carro y votado de forma afirmativa. “La zonificación no implica odiar al euskera, ni enfrentar a los tudelanos o impedir su uso en exposiciones o carteles”, ha recordado Sanz que acusó al alcalde de ser “un mago que se saca un problema de la chistera para ocultar su gestión de la ciudad”. En su larga intervención le acusó de rayar la “prevaricación” con la moción y le instó a “no tener miedo a la libertad, cuanto más se siembra más crece y lo mismo sucede con el miedo y usted lo que hace es sembrar miedo y discordia. No se va a obligar a nadie a aprender euskera”.

Por su parte, desde Izquierda Ezkerra, Olga Risueño ha puesto en evidencia el desconocimiento jurídico que destilaba la moción y le ha acusado que “querer levantar una muralla” y llamado a Toquero a que se preocupe más de “defender a las minorías. Lo importante es garantizar los derechos de las personas. La actual zonificación es arbitraria y no responde a razones objetivas”. Risueño ha recordado en varias ocasiones a Toquero que “la oficialidad no implica obligatoriedad. Sus argumentos van contra toda lógica”.

Frente a los razonamientos de Toquero de que en Tudela no hay ninguna familia que quiso el modelo D, Risueño ha mostrado la existencia de una ikastola con 200 familias que “de no existir igual irían al modelo D”. Frente al miedo a la imposición del euskera y a la defensa que ha hecho el alcalde del modelo PAI “que es el modelo que eligen los tudelanos”, Risueño le ha indicado que “no se elige, todos los centros tienen ese modelo o un modelo con inglés, nos están imponiendo el inglés”. La portavoz de I-E ha asegurado que “hay muchos niños y niñas que se sienten ofendidos por sus palabras sobre el euskera, ¿quiere levantar murallas contra un idioma?”

Toquero ha defendido en el pleno que la Ribera debería llamarse “zona castelano parlante, como dice el catedrático Alberto Pérez Calvo” y se preguntó “¿nos respeto los de la manifestación del sábado a los tudelanos? yo creo que no, ni a Tudela. Lo que vi en Tudela me preocupa, que llegaran autobuses a decir cómo tenemos que hablar y cómo tenemos que pensar, creando una realidad ficticia”. El alcalde ha destacado y repetido que la manifestación “es un síntoma de presión a un Gobierno que es débil y que se debe a Bildu para aprobar unos presupuestos”, “nos preocupa que ésto sea una moneda de cambio”.

Dentro del “barro” (como dijo la oposición) en que metió el tema del euskera lo mezcló con la carta de capitalidad, el tercer centro de salud y el nuevo doble grado de la UPNA, “no me fío de ustedes”, les dijo al PSN “pero votan a favor porque saben que si no están muertos políticamente”. Pese a que han censurado carteles porque salía el texto en euskera y castellano, el alcalde afirma que “en Tudela se puede hablar en euskera con total normalidad y quien lo diga miente”.