La consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, y el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, visitaron este lunes los búnkeres de Erratzu dentro del proyecto “Fronteras de Hormigón”, que propone recuperar la memoria del Muro Atlántico y la Fortificación del Pirineo, dos infraestructuras defensivas construidas por el régimen franquista en el contexto de la II Guerra Mundial

En la visita también participaron Joxemi Gastón, Director del Instituto Navarro de la Memoria, Nicolás Zuazua, arqueólogo de Gabinete Trama, y César Layana, Jefe de Sección de Documentación en Instituto Navarro de la Memoria.

Los búnkeres construidos en 1939 y 1940, fueron acondicionados en el verano de 2019, gracias al campo de voluntariado organizado por el Instituto Navarro de Deporte y Juventud y la Dirección General del Derecho Humanos, Paz y Convivencia, contando también con el Instituto Navarro de la Memoria, en torno a la recuperación de los búnkeres como lugar de Memoria. Más de cincuenta chicos y chicas, adolescentes y jóvenes del Estado y también varios extranjeros participaron en su recuperación, bajo la dirección de los arqueólogos de Gabinete Trama, Carlos Zuza y Nicolás Zuazua. 

Joxemi Gastón explicando el contenido del panel informativo. Ondikol

La visita llega tras la firma el pasado mes de octubre del convenio para poner en marcha el proyecto, que pretende recuperar y divulgar las estructuras defensivas militares levantadas por el franquismo mediante trabajos forzados de prisioneros republicanos para frenar un posible ataque aliado en la II Guerra Mundial. 

Durante la visita, Ollo destacó “el papel fundamental de la memoria para construir una sociedad más democrática, más justa y más igualitaria”. Asimismo señaló que “este proyecto, Fronteras de Hormigón, demuestra por un lado la inutilidad de estas fortificaciones, que también sirven para reivindicar el papel de la memoria. Seguiremos trabajando también con las nuevas generaciones, con el programa Escuela con Memoria, un programa en el que se les trae a este tipo de fortificaciones para explicarles que la memoria no es una cuestión del pasado sino que es una cuestión de futuro y que las nuevas generaciones tienen que tomar parte en él”. 

Por su parte, Martínez quiso poner en valor el convenio que “ha hecho posible un proyecto muy ambicioso para poner en relieve lo que supuso la fuerza de trabajo forzada, que tiene que servir en el marco de la divulgación”. Igualmente remarcó que el proyecto “está dentro de la Ley de Memoria Democrática, para que la gente joven conozca realmente lo que pasó para que nunca vuelvan a repetirse los hechos traumáticos del pasado”.