A las 3 de la madrugada los peregrinos de Cascante salían de la bimilenaria ciudad del Queiles para atravesar la capita ribera hacia las 5.00 y llegar a la Virgen del Yugo a las 9.00. Son seis horas de camino para atravesar los 35 kilómetros que los separan y que significa la primera parada antes de adentrarse en Bardenas e ir a dormir al Monasterio de la Oliva, muy cerca de Carcastillo y punto final de la primera y más dura etapa.

Es solo un ejemplo del recorrido que hacen los peregrinos de la Ribera hasta llegar al castillo de Javier. Otros municipios como Cortes, Fitero, Cintruénigo o Monteagudo realizan incluso más kilómetros para llevar a cabo la peregrinación e incluso algunos salen el jueves para superar los 120 kilómetros. Ayer más de 1.500 salieron de la comarca para cruzar la Bardena haciendo frente a un cierzo que fue empeorando la climatología conforme avanzaba el día. Si a las 6.00 el termómetro marcaba 7 grados, a las 11 rondaba los 3 grados. Entre los participantes los hay también que hacen solo parte hasta la ermita, unos 20 kilómetros, que algunos como el matrimonio Paz Gil y Javier Vicente realizaron corriendo con varios amigos y un perro después de haber hecho la Javierada muchos años de todas las maneras posibles, también corriendo. Pese al incremento de participantes que ha habido este año con respecto al pasado (en 2021 fueron unos 900 y aún no podían pernoctar fuera por las medidas de precaución por la covid) la participación ha baja de forma considerable en la última década.

Peregrinos salen de la Ribera rumbo a Javier

Peregrinos salen de la Ribera rumbo a Javier Fermín Pérez-Nievas

Detalles

Dispositivo. Más de 600 personas han participado para que todo el fin de semana salga perfectamente. Si el dispositivo de la Cruz Roja asciende a 200 personas, la Policía Foral supera los 300 agentes en la carretera además de un helicóptero. A todo ello hay que sumar Protección Civil de algunas localidades como Tudela, Cintruénigo o MIlagro.

En silla de ruedas. Desde Cortes se ha unido a la marcha Jorge Iglesias, un madrileño que lleva 22 años compitiendo en deporte de élite desde su silla de ruedas en tenis y en baloncesto, acompañado de su amiga la concursante de Alta Tensión de Telecinco la cortesina Cristina Giménez.

Los grupos. Entre los principales grupos se encontraban los 80 de Ablitas (entre ayer y hoy), los más de 100 de Murchante, número parecido en Cascante y el mayor número de jóvenes partió del colegio de Jesuitas dentro del colectivo Quetzal donde marchaban 35 chicos y chicas con muchos padres y madres.