Las diversas localidades riberas han celebrado durante estos días diferentes procesiones con el denominador común de la recuperación no sólo del número de espectadores sino también, dentro de ellos, de la cantidad de turistas cuya cantidad se ha incrementado con respecto al año pasado, primero en volver a celebrarse tras la pandemia.

En el caso de Tudela el número de integrantes se está poco a poco recuperando después de que el año pasado las cofradías realizaran un grito de ayuda ante la posibilidad de que tuvieran dificultades algunas para procesionar. Además de la del Santo Entierro del viernes por la noche, la del Santo Encuentro, que se celebra desde hace una década (desde 2012), está ganando cada vez más adeptos y la plaza Vieja se llena para ver la imagen de la Virgen y de Jesús maniatado. La comodidad del lugar permite a los asistentes poder ver los pasos a la luz del día y sin incomodidades.

Por su parte, Corella celebra la procesión de más valor de la Ribera, por la calidad de sus imágenes y la cantidad de participantes. Miles de personas no fallan cada año a esta cita para poder asistir a la procesión barroca declarada de Interés Turístico Nacional en 1967 por ser una de las cincuenta más originales de España. En la ciudad del Alhama diversos personajes bíblicos cobran vida para representar las escenas de la Pasión de Cristo en medio de un gran silencio. De todos los pasos, el Encuentro con Cirineo se considera el más sobrecogedor, con una cruz de 100 kilos. Además la imagen de la muerte o de los penitentes que arrastran cadenas asombran a los visitantes.