En 1926 uno de los médicos del pueblo tuvo una idea con su mujer: fundar el Club Deportivo Iruntxiki. En esos momentos, “el fútbol se jugaba de una manera más bruta y no fue hasta 1976 que ya se establecieron los estatutos y se instituyó algo más oficial”, explica Ángel García, presidente del club. Ha sufrido distintos intervalos y paradas porque “no salían equipos, pero siempre ha habido actividad. Tiene mucha solera el Iruntxiki; se ha ganado un puesto dentro del fútbol navarro”, afirma con orgullo Juan José Ruiz (Pirri).

Ángel García y Pirri forman parte de la junta directiva del club, que hoy día cuenta con 13 equipos —el de los mayores ha logrado ascender a Regional Preferente, algo que “no hemos vivido nunca”—, pero han disfrutado de todas las etapas, especialmente cuando llegaron como jugadores. Ángel comenzó en 1988 y jugó hasta Juvenil, “que es hasta donde llegaba el club en aquel momento. Ya cuando se retomó me tocó ser directivo y trabajar para seguir adelante”, comenta.

Por otro lado, Pirri ha conocido “todas las etapas. He tenido algún que otro parón porque otros equipos me han contratado, pero siempre he vuelto porque debo estar aquí. Ahora me toca echar una mano desde los despachos. Es el club de mi vida y lo será hasta que me muera”.

Ambos tienen muy claro que al Iruntxiki le definen tres valores: compromiso, respeto y buen comportamiento. “Pretendemos que a pesar de competir, todos los chavales se empapen de nuestros principios. Sabemos que es algo muy difícil porque como club tenemos un tope, pero estamos viendo que con cada esfuerzo vamos avanzando. Ya hemos empezado a subir peldaños con una categoría nueva y muy probablemente el Ayuntamiento nos está reconociendo todo el trabajo”, señala Pirri.

Uno de sus objetivos a corto plazo es mantener la categoría, aunque “todo depende de cómo se encuentre el equipo. Marcamos estrategias: si se encuentra bien, perfecto, y si no vamos a pelear como jabatos”. Por otro lado, en los niveles inferiores persiguen fines distintos; en estos casos “pretendemos mantener jugadores e ir creciendo. El año que viene, por ejemplo, ya vamos a contar con cuatro equipos de chicas y es un orgullo”, añade Ángel.

Lanzan el cohete de las fiestas de Beriáin Nuevo y el compromiso con el club les lleva, incluso, a los miembros a “estar durante horas en la txozna que colocamos en la plaza Larre. Hay quien se queda hasta las 5.00 horas y al día siguiente vuelta a empezar por amor al Iruntxiki; todo ello porque quieren que los equipos sigan adelante”, comenta Pirri.

Recuerdan a muchos de los jugadores que pasaron por el club y se llenan la boca de orgullo al hablar de ellos: “hemos tenido aquí a gente en la que los clubes grandes como Osasuna se han fijado, pero siempre vuelven con nosotros”. El compromiso sigue ahí.