Elena Vicente tenía el sueño de reunir todos sus recuerdos de la infancia: una colección impresionante de pósters y objetos de los años 70 que simbolizaran el resumen de una década en la que ver la tele y jugar en la calle eran las normas más habituales de todos los niños y niñas de aquel tiempo.

Una época en la que los objetos se cuidaban con mimo, se pasaban entre hermanos y se guardaban para que perduraran durante años. “Yo no tuve hermanas pequeñas por lo que no los he cedido y he podido conservar mis cosas”, asegura Elena. 

Entre sus “cosas” no podían faltar sus cuatro muñecas Nancys –una de ellas conserva el uniforme gris del Colegio de Santa Ana de Estella– a las que ha añadido alguna otra muñeca que le han prestado para exhibirla en su floristería.

“En mi tienda (Elena Florista) hay mucho escaparate y me he permitido habilitarlo para crear un espacio que recoja imágenes y objetos de nuestra infancia”, explica.

Elena Vicente con pósters y una Nancy en el interior de su floristería de Estella. Javier Arizaleta

Un rincón en el que se alternan el colorido de las flores de otoño con fotografías en blanco y negro de series como Con ocho basta, Furia, Colombo o Los Picapiedra… y otras en color como La Casa de la Pradera, Los Ángeles de Charly, La pantera rosa, Heidi... 

La exposición también alberga cómics como los tebeos de Mortadelo y Filemón o ejemplares de revistas como Superpop, que eran verdaderos oráculos quincenales que marcaban las apuestas sobre seguro de los éxitos musicales que se traducían en la compra de discos de vinilo.

“Entre la colección tengo desde discos de filmes como Oficial y Caballero y de otras figuras más mundanas de aquellos años como Massiel, Al Bano y Romina Power o el cuarteto alemán de Bomi M que mi hermano los ponía a todas horas”, recuerda.

Homenaje a la cuadrilla

Elena insiste en que la idea de montar esta exposición sobre la tele la llevaba “muy dentro y la he hecho primero para mí misma, pero también para los que se sienten identificados con aquellos años”. 

Elena Vicente también ha querido homenajear a su cuadrilla que le ayudó a montar este rincón de la década de los 70: Ana Elizaga, Marian Echeverría, Sandra Santesteban o María Puy Garbayo.

Con ellas compartió su afición televisiva, pero también largos días en la calle andando en bicicleta, saltando a la cuerda o con la goma.

“Antes con cualquier cosa éramos capaces de estar todo el día jugando y ahora nuestros hijos viven ensimismados mirando los móviles”, lamentó Elena. 

Lo mismo ocurría con la televisión. Apenas había un canal, pero era “todo un referente” para descubrir nuevos ídolos y sus canciones comoVamos a la cama que hay que descansar, que cantaba la Familia Telerín de dibujos animados compuesta por Cleo, Teté, Maripí, Pelusín, Coletitas y Cuquín. 

La muestra televisiva no durará mucho en esta floristería de Estella-Lizarra. “Seguramente la retiraré en noviembre, pero ha merecido la pena porque la gente se ha pasado a preguntar sobre objetos y pósters”, comenta Elena.

También se han acercado varios peregrinos que han entrado a la floristería a curiosear este rincón televisivo de la década de los 70 y parte de los 80. “Estoy encantada de haber hecho mi sueño realidad”, confiesa Elena. 

Desde 2002

Elena Vicente es una administrativa que finalmente decidió dedicarse al mundo de la flores en 2002 tras formarse también como maestra de arte floral: “Monté una tienda en el centro de Estella, en la calle Calderería, pero enseguida vi que este negocio estaría mejor en un lugar donde se pueda acceder con el coche y por eso se trasladó a la zona periférica de Velaz donde la gente puede elegir y llevárselo directamente casi en la intimidad. Hay muchos hombres que les da vergüenza llevar flores por la calle e incluso a veces me piden que las tape aunque sea con una bolsa de basura”, confiesa.

Ahora se acerca una de las fechas más señaladas: Todos los Santos. Junto con el día de la Madre y San Valentín, es una de las celebraciones en las que el mercado de la flores se dispara. Eso sí, Elena matiza que en el día a día también hay mucha gente que le gusta tener siempre flores frescas en su casa. “Una de las mayores satisfacciones de mi trabajo es conseguir que a cada cliente le gusten las flores que les ofrecemos”, señala. 

Con todo, a Elena le gusta su tarea de “trabajar artesanalmente los ramos y centros” pero sobre todo tiene claro que una floristería se distingue también por el servicio. “Para mí es fundamental estar ahí cuando te llaman, aunque a veces sea fuera de horario. Si hay una razón especial yo siempre acudo”. Otra de sus facetas preferidas es la decoración: “Soy muy perfeccionista y me encanta el diseño, por eso me ha hecho feliz poder compartir con mis clientes esta colección televisiva”.