El talento y la dedicación de Aingeru Larrasoaña Jaita han alcanzado nuevas alturas en el mundo de la sidra, y es que el pasado 1 de octubre, en el renombrado Salón Internacional de la Sidra celebrado en tierras asturianas, este tafallés hizo historia al cosechar tres valiosas medallas. En un evento que reúne a los más destacados productores de sidra del mundo, Aingeru demostró su habilidad para fusionar tradición y modernidad en sus creaciones. Nada le hacía presagiar allá por el año 2006, cuando comenzó a plantar sus primeros manzanos en Olleta, en pleno corazón de la Baldorba, que años más tarde tres de sus caldos terminarían conquistando “los Óscar de la sidra”. En concreto, Jaita consiguió dos medallas de plata en la categoría de Mejor sidra de copa seco con las variedades Sabaiza Premium y Naizhaga Premium y una medalla de bronce con la bebida Orbaibar Premium.

Aingeru Larrasoaña posa junto a sus botellas durante las últimas Ferias de octubre, en Tafalla. Saioa Martínez

“Fue una emoción del copón cuando escuché mi nombre, se presentaron más de 300 sidras de todo el mundo y no me lo esperaba para nada. Este premio, además del reconocimiento que nos supone a nivel estatal e internacional, es un billete directo a las próximas competiciones internacionales que tendrán lugar en Frankfurt (Alemania) y Madeira (Portugal) durante los meses de abril y junio de 2024. En paralelo, varios importadores se han interesado en mis productos, algo de locos. Así como aquí existen las vinotecas, en muchos países del mundo existen tiendas especializadas en sidra, donde solo compran las mejores sidras del mundo”, recuerda todavía emocionado.

Baldorba Naturel

En Baldorba Naturel se dedican a la elaboración de sidras y zumos naturales “de mucha calidad” con manzanas provenientes de su propia finca, llamada Sagarraleku, y en la que trabajan la agricultura regenerativa y ecológica. “Estamos especializados en hacer pocas cantidades, pero de mucho valor, así lo demuestran al menos los recientes premios que hemos obtenido. Nuestros terrenos cuentan aproximadamente con 2.500 manzanos, de los cuales sacamos 19 variedades diferentes de manzana: tres autóctonas navarras que son la base de todas nuestras sidras (Iparragirre, Jauregi Zarra y Pero de Sangüesa); otras 8-10 variedades de manzana asturiana, un par francesas y cuatro variedades guipuzkoanas”, detalla el productor.

Sagarraleku, el manzanal ubicado en Olleta de Aingeru Saioa Martínez

Otro de los secretos para lograr la calidad máxima en las bebidas, es el hecho de que abonan la tierra con ovejas latxas de cara negra procedentes de la quesería Txantrea y que pastan cuatro veces al año sus tierras. “De esta forma aumentamos la materia orgánica y la vida natural del suelo, lo que nos ayuda a producir manzanas sanas, ecológicas y de una calidad incalculable”, expone Jaita. En paralelo, su hermano David Larrasoaña, que es apicultor, tiene repartidas por la zona numerosas colmenas de abejas. “El trabajo de estos insectos nos ayuda también a la floración de los árboles y a mantener el bienestar de la tierra”, explica mientras añade que “estas sidras no son de kilómetro cero, sino de metro cero, ya que todo el proceso de elaboración, así como la comercialización la realizamos nosotros mismos”. En ese sentido, Aingeru puntualiza que “nosotros mismos vendemos y entregamos a domicilio”.

"Nuestras sidras están elaboradas con manzanas autóctonas, ecológicas y de una calidad incalculable"

Baldorba Naturel cuenta con una página web (www.sidrasbaldorbanaturel.com) donde están expuestas todas sus variedades, y en donde el consumidor puede realizar pedidos online. “Durante el año que viene tenemos previsto añadir un nuevo producto a la carta de variedades: será una sidra a la que llamaremos Goxua, puesto que se trata de un producto dulce o de postre, perfecto para aquellas personas que no les gusta mucho esta bebida”, anuncia Aingeru.

Aingeru Larrasoaña en ‘Sagarraleku’, su manzanal situado en Olleta.

Aingeru Larrasoaña en ‘Sagarraleku’, su manzanal situado en Olleta. SAIOA MARTÍNEZ

Maestro parrillero

Antes de dedicarse en cuerpo y alma a la elaboración de sidras naturales, Aingeru ha regentado diferentes Sidrerías a lo largo y ancho de la geografía navarra. En concreto, estuvo ocho años en Iribas, tres en Ainzoain, y otros tres años en Tafalla. “Siempre he sido un enamorado de la sidra. Cuando era más joven organizaba autobuses a Guipuzkoa todos los sábados para disfrutar con amigos del menú sidrería. Además, trabajé como parrillero en varias sidrerías y la cosa no fue mal: en el Palacio Kursaal de San Sebastián me proclamé dos veces subcampeón de España”, asegura Jaita. “Durante esas experiencias tuve la ocasión de conocer a personas importantes del mundo de la sidra, como lagareros y sidreros. Escuchando sus historias me entró el gusanillo de iniciar mi propia aventura, de la que hoy en día puedo decir orgulloso que es un sueño hecho realidad”, finaliza.