En Marcilla la pasión, la afición y el interés de un grupo de vecinos y vecinas por la escalada y la montaña continúa dando sus frutos y es que, si hace apenas dos años consolidaban el Club de Montaña Marcilla Matapiojos, ahora acaban de inaugurar un rocódromo con el que esperan que la ciudadanía descubra este deporte y con el que, los que ya lo practicaban, podrán hacerlo en casa, sin tener que desplazarse a otros municipios de la zona. 

Al principio, explican, querían vías de escalada, pero tras escuchar diferentes opiniones y tras visitar varias instalaciones, se decantaron por un rocódromo Boulder al ser lo más viable. “Las ventajas son muchas: menos altura, tienes la seguridad que aporta la colchoneta, puedes ir sin compañía, tienes la opción de cambiar las travesías y vías más a menudo y puedes llevar un mantenimiento mucho más cómodo”, insisten. 

Casi un año después, por fin se ha hecho realidad gracias, en parte, a la financiación del Ayuntamiento; “los diferentes grupos políticos del pueblo nos han conseguido una buena parte del capital que necesitábamos, otra parte la hemos destinado de los ahorros del club y también hay que destacar la solidaridad y el compañerismo con el que hemos contado para poder llevarlo a cabo. El diseño nos lo hizo nuestro amigo KATA y la mano de obra ha sido de gente del club. También nos han ayudado amigos de otras localidades, y por ello le tenemos a nuestra obra un cariño muy especial”.

Instalado dentro del complejo deportivo, en una esquina que estaba en desuso en el frontón municipal, el rocódromo tiene forma de L y cuenta con 5 metros de altura desde el suelo y una longitud de casi 9 metros; en la zona de iniciación hay un pequeño desplome de 5º para empezar y después hay otra parte en la que el desplome es mucho más fuerte.

El hecho de apostar por este espacio, cuentan, se debe a que “queremos ampliar la oferta deportiva y dar a conocer los beneficios que tiene esta práctica a nivel social. Además, creemos que es un gran atractivo para el municipio”.

Para utilizarlo, desvelan, habrá que hacer una reserva a través de la App RESASPORT (como para el resto de espacios del complejo deportivo), y el precio será de 2 euros por 2 horas de uso. “Es un precio popular y así se lo hicimos saber al Consistorio para que no fuese abusivo. Se puede usar individualmente, siempre y cuando se sea mayor de 16 años, y si no tendrá que haber un adulto a su cargo. Puede haber a la vez 14 personas, pero sólo podrán estar 6 escaladores a la vez subidos a la estructura (3 en cada lado). Es obligatorio el uso de pies de gato, cuidar las instalaciones y cumplir las normas de seguridad que hay establecidas y que se pueden consultar allí mismo”. Además, reiteran, solo hacen falta las ganas de divertirse, pies de gato y, como mucho, un poco de magnesio por si sudan las manos, “pero sin abusar”.

Puesta de largo

Para la inauguración no escatimaron y lo celebraron por todo lo alto, con un paseo con guía por el entorno marcillés en el que participaron unas 30 personas y con una jornada de puertas abiertas en el rocódromo con más de un centenar de vecinos y vecinas.

Pequeños y mayores pudieron probar la escalada

Además, el día contó con una comida para más de 70 personas y con la proyección del documental Mentes escaladoras. “La gente ha estado muy participativa y han probado la escalada personas de todas las edades; eso es algo que nos ha llenado e ilusionado muchísimo”.

Futuro asegurado

En el club están en la actualidad unas 100 personas y entre las actividades que realizan a lo largo del año destacan las salidas senderistas, hacen trekking, escalada, paseos en raquetas, etc. “Además, el Día del Niño hacemos rapel para los txikis desde el castillo y tenemos pensado hacer alguna salida de barrancos”. 

El calendario de este año, eso sí, no está cerrado sino que lo darán por concluido con la subida que tienen prevista hacer el día 25 de diciembre al mirador del Montico. 

Por último, y de cara al futuro, “el objetivo principal que nos marcamos es que la gente se una al club y tengamos en un futuro relevo, tanto generacional como de junta. Que nuestra descendencia pueda disfrutar de todo lo que estamos sembrando en el pueblo. Por el momento somos optimistas y hay excursiones a las que vamos tres generaciones, y eso es algo que llena un montón”.