Cuando apenas quedaban unos minutos para el comienzo de la cabalgata de los Reyes Magos en Tafalla, todo apuntaba a que iba a ser una jornada pasada por agua. Sin embargo, la magia de sus majestades hizo efecto, ya que recién pasadas las 18.30 horas la lluvia cesó para dar comenzó al chaparrón de caramelos.
300 kg de dulces y decenas de balones volaron por los aires durante las dos horas que tardó el desfile en llegar a la plaza. La comitiva dejó tras de sí un reguero de sonrisas y miradas iluminadas mientras que los chillos de los muetes y muetas para robar una mirada a los reyes magos fueron dignos de oír. Más de uno incluso tuvo la suerte de robarles un beso o un abrazo, asegurándoles lo bien que se habían portado durante el pasado año.
El libro de la selva, la Patrulla canina, el portal de belén o los personajes de Disney se combinaron con espectáculos de patinaje, pirotecnia y danza. Llenaron las carrozas niños y niñas de 3º de Primaria de los tres colegios de la localidad. Como en las últimas ediciones, partió desde la avenida de Estella para terminar en la plaza de Navarra, donde los reyes de Oriente tomaron la palabra tras el saludo del alcalde, el aurresku y la entrega de la llave maestra de la ciudad. El alcalde, Xabier Alcuaz, reseñó el espíritu solidario de la noche de Reyes y agradeció la colaboración de la ciudadanía tafallesa para recibir cada año a los magos de oriente. Para terminar, atendieron en persona las demandas de los tafallicas para no olvidarse de nada en su noche más laboriosa.
