Capaz de encontrar un detalle, una imagen y un paisaje que a los ojos de los demás ha pasado desapercibido, Graciela Iturbide pasa por ser la “fotógrafa del asombro de lo cotidiano”, la retratista de la belleza diaria. La Casa del Almirante de Tudela acoge hasta el próximo mes de junio una colección de esta artista mexicana que hace dos años pasó un fin de semana en la capital ribera y se adentró en las Bardenas para tratar de captar con su leika el aire y la sequedad bardenera. De aquella visita, para realizar un taller de fotografía de la que muchos aún recuerdan su valor y su legado, partió la idea de traer parte de su obra a la capital ribera para poder disfrutar de su mirada en blanco y negro y sin manipular, como a ella le gusta retratar la vida.

Comisarios de la exposición, patronos de la Fundación María Forcada y concejalas del Ayuntamiento de Tudela. Fermín Pérez Nievas

Nacida en México en 1942, sus imágenes cuentan historias de vida y muerte, influenciada por su cultura, destacando en sus retratos un gran respeto hacia lo retratado. “La fotografía es un pretexto para conocer” dice la propia fotógrafa y así lo ha confirmado la comisaria de la exposición Rosalía Benítez (junto con Rafael Ortiz), “es una viajera incansable a la que le gusta convivir con las personas para captar el ritmo de vida de lo que visita, siempre con una visión íntima y personal. Disfruta conociendo el paisaje y el paisanaje”.

Hasta Tudela han llegado casi medio centenar de obras realizadas a lo largo de 40 años de mirar el mundo detrás de un objetivo, entre 1970 y 2011 captadas en Alemania, Estados Unidos, India, España y, por su puesto su México natal como la destacada y que es todo un referente la Mujer ángel, una de sus fotografías más icónicas.

El público observando la exposición de Graciela Iturbide Fermín Pérez Nievas

Según se señala en la propia exposición, inaugurada esta tarde, aborda la protección de las tradiciones (en imágenes o en acciones), los paisajes y la intervención del hombre en ellos, la comunidad Seri en el desierto de Sonora. Estos son algunos de los temas que se pueden apreciar en la Casa del Almirante, siempre en pequeño formato, en el que destaca cómo los protagonistas miran a la cámara, al espectador, en ocasiones de forma desafiante, en otras paciente pero también huidiza, “la cámara y ser fotógrafo fue un pretexto para conocer al mundo. Salir a fotografiar es salir a buscar la sorpresa”, asegura Graciela Iturbide.

Rosalía Benítez, en la presentación de la exposición, ha destacado las cualidades de Graciela Iturbide como persona, además que como artistas, “es una persona maravillosa, cercana, cariñosa y humana”.

Algunas de las obras expuestas en Tudela. Fermín Pérez Nievas

Graciela Iturbide nació en 1942 en la Ciudad de México. En 1969 ingresa al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México para convertirse en directora de cine. Sin embargo, pronto fue atraída por el arte de la fotografía practicada por Manuel Álvarez Bravo, quien estaba enseñando en la misma universidad. A partir de ahí coemnzó su relación apasionada con este arte que le ha llevado a Cuba, Panamá, Almania Oriental, India, Madagascar, Hungria… entre otros.

Es sin duda una de las personas del mundo de la fotografía más galardonada, recibiendo entre otros en 2008 el Premio de la Fundación Hasselblad, Gotemburgo (Suecia), considerado el premio Nobel de la fotografía.