Dicen que durante los primeros días de tómbola tocan más premios. Por eso, centenares de vecinos y vecinas de Pamplona se han acercado este fin de semana al paseo Sarasate para comprar todos los boletos posibles, probar suerte y, además, los más mayores han enseñado a los txikis que, más allá de los juguetes, el objetivo fundamental de la tómbola es recaudar dinero para los más necesitados. Se trata de una realidad que esperan que, poco a poco, vayan comprendiendo sus hijos y nietos.

Tómbola de Cáritas de Pamplona: José Luis y su nieta Ane

Tómbola de Cáritas de Pamplona: José Luis y su nieta Ane Izaro Díaz

José Luis, por ejemplo, le ha contado a su nieta Ane, de nueve años, que, cuando él tenía su edad, iba con su familia a comprar boletos: “Es una tradición de Pamplona. Esto no va solo de las sorpresas que te puedes llevar, sino de toda la ayuda que podemos dar a las personas que lo necesitan”, ha considerado Jose Luis. Acto seguido, se ha corregido y ha confesado que, para él, lo más importante “es poder estar un rato con mi nieta. Y si además sirve para colaborar con quienes lo necesitan, mucho mejor, ¿verdad?”, Ane ha asentido sonriendo.

Tómbola de Cáritas de Pamplona: las hermanas Cristina y Pilar

Tómbola de Cáritas de Pamplona: las hermanas Cristina y Pilar Izaro Díaz

Por otro lado, la compra de diez boletos ha tenido recompensa para las heramas Cristina, de 21 años, y Pilar, 7 años, ya que han conseguido un bloc de notas y unos chorizos a la sidra. “Hemos tenido suerte porque también hemos conseguido otros tres tickets de reúna. Hay que confiar, pero siempre toca algo”, ha señalado Cristina. En cuanto al significado que este puesto tiene para ellas, la hermana mayor ha dicho que la tómbola llama a que tengan lugar momentos con la familia o con amigos. “Además, siempre te lo pasas bien, tienes el gustillo de saber si te va a tocar algo y es un momento para recordar”, ha concluido.

Tómbola de Cáritas de Pamplona: Gonzalo y su hija Sofía

Tómbola de Cáritas de Pamplona: Gonzalo y su hija Sofía Izaro Díaz

Por su parte, Gonzalo, de 36 años, y su hija Sofía, de 3, han comprado 20 boletos y han obtenido cinco premios: "Un tomate, un cubo mágico, un bol con tapas, galletas y nos han regalado un globo por coger los tickets", ha contado Gonzalo. Su asistencia forma parte una tradición que llevan repitiendo durante muchos años. "Es entretenido porque a la cría le gusta, pero hay que tener en cuenta que estamos ayudando a una buena causa. La ciudadanía lo apoya mucho y es normal que la tómbola tantos años en Pamplona", ha expresado.

Tómbola de Cáritas de Pamplona: Jorge y sus hijos Elena y Gabriel

Tómbola de Cáritas de Pamplona: Jorge y sus hijos Elena y Gabriel Izaro Díaz

Jorge, 42 años; Elena, 10, y Gabriel, 4 años, han hecho la compra de la semana después de 20 boletos porque han conseguido “una trenza del Reyno, legumbres, aceite, un marco de fotos y verdura de Navarra”, enumeró Elena. Como mínimo, visitan unas cuatro veces la tómbola, siempre con la esperanza de conseguir el que consideran el mejor premio: “El año pasado ganamos una noche en un hotel en Isaba. No nos podemos quejar, pero nuestro objetivo es siempre el coche”, ha contado Jorge. Para Elena, la tómbola es “muy guay porque solo comprando boletos puedes ganar mogollón de causas”, ha explicado . En este momento Jorge le ha recordado a su hija que el propósito fundamental es recaudar dinero para destinarlo a distintas labores sociales. Después, le ha preguntado a Gabriel qué le parece la tómbola. El crío, con un globo casi tan grande como él que apenas se quitaba de la cara, ha respondido con un “bien” y una sonrisa.