Los oiartzuarras Mari Jose Descarga y Juan Ángel Artola llegaron a Amaiur en busca de un cambio de vida. Ahora, son los encargados del único bar del pueblo y del hotel en el que se encuentra ubicado, el Hotel Jauregi Borda.

Juan Ángel Artola recuerda cómo acabaron instalándose en el Palacio Bordakoetxea, más conocido como el palacio de Borda, un edificio de tres alturas del siglo XVII. “Nos gustaba demasiado Baztan, siempre solíamos venir aquí. Buscábamos un cambio de vida y bueno, surgió esto” cuenta echando la mirada atrás. “Al principio no nos convencía mucho” admite, mientras que Mari Jose Descarga añade que “el camino hasta llegar aquí ha sido muy duro”. 

“Tuvimos que estar más de un año negociando con el banco y el trato ha sido muy frío. Ha sido un año y pico de altibajos. Cuando perdías la esperanza de repente te volvían a llamar… Las gestiones han sido muy exhaustivas, ha sido mucho machaque” concuerdan.

A pesar de admitir que durante este proceso más de una vez han querido “tirar la toalla”, las complicaciones no pudieron con sus ilusiones y las ganas de afrontar “nuevos proyectos”.

Aun así, la espera se hizo larga. Además del desgaste emocional que les ha supuesto que el proceso se alargase constantemente, han sentido la presión del paso del tiempo especialmente porque tienen un hijo que ya se estaba integrando en Amaiur. “Veníamos muchos fines de semana porque nos ilusionábamos y veíamos que nuestro hijo se estaba integrando… Entonces sabíamos que el momento era ahora y que andábamos muy justos de tiempo, porque si él fuese más mayor le resultaría más difícil adaptarse a ese cambio” explican. “Era el momento. O cambiábamos o no” concluyen.

Finalmente, el 8 de agosto del 2023 y a las puertas de las fiestas de Amaiur, lograron abrir el bar. Mari Jose lo recuerda a la perfección. “Nos dieron la bienvenida con aurresku y todo” dice contenta. Y es que por aquel entonces el pueblo llevaba ya más de un par de años sin bar. “A la semana de abrir fueron fiestas y nosotros dudábamos entre abrir o dejar pasar el verano y luego ya hacerlo poco a poco. Pero una amaiurtarra que también se dedica a la hostelería nos animó y se ofreció a echarnos una mano. Y al final dijimos: ¡Pues vamos a ello!”. 

Mari Jose Descarga Arruti y Juan Ángel Artola Inziarte, propietarios del recién abierto hotel restaurante "Jauregi Borda” de Amaiur. Ondikol

Para Mari Jose, que proviene del sector hostelero, el cambio no ha sido tan grande. Juan Ángel, en cambio, tuvo que despedirse de la consulta de fisioterapia en la que pasó 30 años de su vida.

Aunque todavía admite que se siente un poco “disfrazado” en este nuevo sector en el que se han sumergido, dice sentirse cada día más a gusto. Está tratando de acostumbrarse a esta nueva vida que tanto les ha costado lograr, pero no es tan simple como pueda parecer. “Cada vez hay que ir asumiendo más retos: primero el bar, meterme a la cocina, ahora el hotel… Para mí son cosas nuevas” expresa.

De todas formas, dice sentirse muy arropado por toda la gente del pueblo. Desde la apertura, han ido adaptándose y realizando cambios y modificaciones “sobre la marcha”. “La gente del pueblo viene a tomar café, el aperitivo… y al final demandaban cocina”. Fue por ello por lo que decidieron implementar también el servicio de cocina. “Al final nos tenemos que amoldar a lo que la gente pide” coinciden. Así pues, la cocina de Jauregi Borda está abierta en horario de 8:00 a 15:00 y ofrecen un menú diario.

En cuanto al hotel, ha tenido que esperar un poco más para poder arrancar. Tras preparar todo, el 12 de abril de este 2023 finalmente pudieron inaugurar las 14 habitaciones de las que se compone este palacio. “Y ahora tenemos gente en casa” dicen divertidos.

De todas formas, han tratado de diferenciar “un poco” el hotel y el bar, dejando claro que este segundo está abierto a todo el mundo. Y es que, según cuentan, desde el primer momento tuvieron claro que querían ofrecer un servicio al pueblo, algo que sin duda sus ahora vecinos agradecen. 

Lo mejor es que este sentimiento de gratitud es mutuo. Y es que la calidez de los y las amaiurtarras no lo sintieron solo cuando les dieron la bienvenida con un aurresku o cuando se ofrecieron a ayudarles en los primeros días, sino que es algo que perciben todos los días. “Casi todos los días nos sentimos arropados, se nota que la gente te quiere ayudar” concluyen Mari Jose y Juan Ángel agradecidos.