Con la apertura este martes de la calle Muro tras las obras de peatonalización y reurbanización, que han costado 1,4 millones de euros, concluyen las tres fases de la mejora de la entrada a Tudela por el paseo de Pamplona que se han llevado a cabo desde el año 2022. Se pone así fin a la creación del eje peatonal de más de 2 kilómetros desde el paseo de Pamplona hasta el parque del Queiles o hasta la plaza de San Juan.
La obra, proyectada ya desde la legislatura 2015-2019, se comenzó en 2022 pero ha terminado ahora y habrá significado un desembolso total de cerca de 3,4 millones de euros, sumando las tres fases. Tras esta remodelación solo quedará sanear y buscar una solucuión para el futuro del antiguo cuartel de Sementales y su conversión en centro y eje de la cultura de la ciudad con el antiguo proyecto de Rafael Moneo y Eduardo Arilla. De los 1,4 millones que ha costado la nueva calle Muro, 1,1 proceden de fondos europeos.
En su presentación el concejal de Urbanismo ha destacado que esta obra “es de las que se ha gestionado con gran responsabilidad, por la dificultad técnica y todos los que han colaborado, Manuel y Curro Blasco, la empresa Obras Especiales e Infraestructuras y Amimet que se ha encargado de la jardinería lo han hecho con un cariño extremo”. En este sentido ha recordado que a mitad de proyecto el equipo de gobierno decidió convertirla en peatonal, si bien el arquitecto, Blasco señaló que fue una decisión acertada, “no fue el mayor reto la conversión, sino la mayor oportunidad. Es un paseo maravilloso gracias a dar ese paso. Hubiéramos perpetuado un esquema y faltaba el reto de sacar los coches y meter verde. Más que dificultad ha sido algo que veíamos necesario”.
Entre los detalles que han acometido se encuentra una gran chimenea al final de la calle que sirve para que el cubrimiento pueda sacar los olores y la condensación, el traslado del Hortelano realizado por Loperena (retratado a Bernabé Marín), las jardineras con trozos de azulejos para recordar que por debajo pasa el río Queiles y la colocación de más de 20 árboles (más separados de las fachadas para dar espacio a que crezcan), además del traslado de algunos de lo que quitaron a la zona del los nuevos juzgados.
Además Pérez ha explicado que se ha colocado un aparcamiento de bicicletas cubierto e inteligente y que han contratado con una empresa la gestión del mismo. En un principio va a ser gratuito porque es el único en Tudela y se avisará cómo darse de alta en la aplicación que lo gestionará.
Polémica
Pero la inauguración de la calle no ha estado exenta de polémica ante las protestas de uno de los bares de la calle Muro, Casa Alberto, que airadamente han echado en cara al alcalde, Alejandro Toquero, que les obliguen a trasladar las terrazas más lejos de las fachadas. Su enfado ha llegado hasta el extremo de que han retirado la terraza y cerrado el bar.
Su malestar se basa en que desde Policía Municipal les obligan a sacar las mesas hasta 4,10 metros de la fachada de las viviendas, cuando en la ordenanza se señala que “en modo alguno, la instalación de veladores podrá dificultar o impedir el libre tránsito de peatones u obstaculizar la accesibilidad, debiendo quedar un espacio libre de al menos 1,50 metros”. Los propietarios de Casa Alberto han explicado que en la otra cera hay un espacio de 2,5 metros para los peatones y que ellos, en su acera, habían dejado hasta 3 metros para pasar, 0,5 metros más que en la otra acera y 1,5 metros más de lo que dice la ordenanza. Desde el Consistorio explicaron que en el informe técnico se indica que al ser calle peatonal la distancia que marca la ley “ha de ser la necesaria para que puedan pasar dos sillas de ruedas”.
Los propietarios de este bar de la calle Muro se mostraron indignados y pidieron “que nos traten igual que a otras calles peatonales como la plaza Nueva, la calle Herrerías o tantas otras donde las aceras están pegadas a las fachadas. Nosotros pedimos 3 metros porque más allá nuestros clientes no van a estar cómodos porque coge todo el cierzo al estar en medio de la calle, ni llegan las sombrillas para que estén agusto”. Para preparar la apertura tras el arreglo de la calle Muro, “tras un año casi sin terraza por las obras” compraron varias sombrillas que les han supuesto un gran desembolso. “Sacando a esa distancia perdemos en invierno el 30% de nuestros clientes porque no pueden estar ahí. Defendemos el trabajo de hasta 25 personas que estamos en fiestas y en estas condiciones no sabemos si podremos abrir en fiestas", han indicado tras cerrar las puertas del bar. "Solo queremos dar un servicio de calidad y en igualdad de condiciones que el resto de establecimientos de Tudela”.
Tras cerrar las puertas colgaron un vídeo en sus redes sociales con el que solicitan firmas de apoyo en el que explican sus peticiones.