Urdazubi se sumergió ayer en el pasado para celebrar la 16º edición del Día del Hierro, una festividad que cada año atrae a numerosos visitantes deseosos de revivir las antiguas tradiciones y disfrutar de una jornada repleta de historia y cultura.

Esta fiesta transporta por unas horas a los asistentes a la época en la que el Monasterio de San Salvador recibía el mineral de hierro procedente de Bizkaia.

No hacía día para fuegos, pero ahí estaban los hermanos Brun. Ondikol

Desde las 10.00 de la mañana, el ambiente festivo comenzó a apoderarse del pueblo con la apertura del mercado de artesanía, donde se instalaron castillos hinchables, barcos y juegos para los más pequeños. Al igual que en otros años, además, y a pesar del calor que apretó durante toda la jornada, los Hermanos Brun realizaron exhibiciones de forja.

El cargamento llegó arrastrado por dos magníficos bueyes. Ondikol

El momento más esperado de la jornada llegó a las 11,30, cuando la comitiva comenzó el transporte del mineral de hierro en un carro de bueyes desde Axular hasta las puertas del monasterio. Allí, sobre las 12,00, se escenificó la llegada del mineral, recreando la transacción entre los benaqueros, encargados de transportar el mineral, y los monjes del monasterio.

A las puertas del monasterio, bajo un sol abrasador, se colocaron gradas para que el público pudiera presenciar la representación. A pesar del calor, que llevó a muchos a buscar refugio en la sombra, la expectación fue máxima. La escena, liderada por el abad interpretado por Javier Larralde, comenzó con el aurresku bizkaitarra de honor bailado por Jesús Mediavilla.

Negociación con el abad del monasterio para fijar el precio del hierro. Ondikol

Tras analizar la calidad del hierro, comenzó la ardua negociación entre ambas partes. Finalmente, el acuerdo se cerró con el pago de 15 monedas y dos barricas de vino, además de la condición de que siete trabajadores realizarían labores en el monasterio de San Salvador.

Después de este acuerdo, las personas asistentes pudieron disfrutar del tradicional zikiro jate en el frontón del pueblo, seguido de la actuación del grupo Mariachi Imperial Elegancia Mexicana. Por último, la fiesta concluyó con los bailables que corrieron de la mano del acordeonista Jean Luis Bergara.

Jesús Mediavilla ofreció un aurresku a los frailes del monasterio. Ondikol