Después de un largo proceso, Leitza cuenta con una Comunidad de Energías Renovables, Leitzeko EBK, una cooperativa sin ánimo de lucro impulsada por el Ayuntamiento y el Grupo Goiener. Comenzó a coger forma hace tres años y avanza con la implicación y el entusiasmo de muchas personas, según destaca Itziar Martínez, presidenta de Leitzeko EBK. En la actualidad son 198 socios entre personas físicas, empresas, comunidades de vecinos, sociedades gastronómicas y otro tipo de entidades jurídicas como el Ayuntamiento y LeitzEKO Kontsumo Taldea.  Además de impulsar instalaciones de autoconsumo compartido, informa sobre cuestiones energéticas y trabaja en la sensibilización en cuanto a la reducción del consumo energético, un paso en el camino hacia la soberanía energética.

Ya en 2016, el Ayuntamiento inició las labores de análisis y puesta a punto de los suministros y consumos energéticos municipales. Para ello, se realizó una auditoría sobre los edificios y la iluminación municipal y se decidió consumir el 100% de origen renovable, haciéndose socio de Goiener . Así, entre los años 2017-2020, se ejecutó el primer plan energético, reduciendo un 22% los consumos y un ahorro del 18%. En el periodo 2021-2023 se avanzó en este plan que, entre otros compromisos, recogía comenzar con la generación de energía. Así, comenzó a explorar las posibilidades de crear una CER y financió el servicio de acompañamiento de la creación de la comunidad que se llevó a cabo de la mano de Goiener. Asimismo, comenzó a socializar el proyecto, con gran acogida y se creó un grupo motor. 

En mayo de 2022 fue la presentación en público. “Queríamos medir el interés de la gente y en una semana 168 personas nos hicieron llegar sus facturas y el interés por asociarse”, apuntan. Dada la respuesta, se decidió crear una cooperativa en una asamblea constituyente en octubre, registrada en abril del pasado año. Mientras tanto, se analizó y definió el primer proyecto y sus posibilidades de financiación. Se inscribieron más personas de las previstas y se decidió abrir una lista de espera para los siguientes proyectos.

Instalación fotovoltaica en la cubierta del polideportivo

Leitzeko EBK decidió arrancar con una instalación fotovoltaica de 100 kWp, con 263 paneles solares en la cubierta del polideportivo que ocupan 720 metros cuadrados, dimensionada para un autoconsumo de 144 socios. Se genera el 20% de la energía eléctrica que consumen. “Leitzeko EBK tiene un largo recorrido por delante. No debemos olvidar que está concebido para poner en marcha cualquier proyecto, servicio o iniciativa que pueda tener algo que ver la energía y aprender a consumir menos energía en ese camino y que la energía que necesitamos sea de origen renovable”, destacan desde la cooperativa. Asimismo, adelantan que ya tienen una potencial ubicación para otra instalación, a la espera del acuerdo de la cesión de la cubierta en firme, hacerlo público y empezar con la campaña de captación de más socias para definir el proyecto. “Estamos recopilando datos para dimensionar la segunda instalación”.

“Aunque hemos comenzado con la generación de energía eléctrica, en nuestro territorio consumimos más energía calentando las casas y desde el inicio buscamos la gestión colectiva necesaria para quemar la madera de nuestros bosques a corto plazo. La utilización de los recursos disponibles es imprescindible para una transición energética sostenible”, inciden.

Experiencias de socios de la cooperativas

Mutturbero Elkarte Gastronomikoa es una de las sociedades de Leitza que forma parte de esta cooperativa. “Creyendo firmemente en las ventajas del proyecto me fue fácil convencer a la junta directiva sobre los beneficios de ésta”, apunta Argoitz Hernandorena quién destaca “la satisfacción de saber que aportas tu granito de arena consumiendo y produciendo tu propia energía limpia y de formar parte de una asociación nacida del pueblo para ayudar al pueblo”. También da números, 1.136 euros menos en la factura de la luz desde que comenzaron a autoconsumir la electricidad producida por las placas. “Faltan todavía 5 meses de producción, creo que vamos muy bien para amortizar en 4-5 años los 5.493 euros de inversión inicial, con la opción de reembolso de la misma si sales de la cooperativa y con una vida útil de 25 años”.

Mikel Lizarraga, de la panadería Ogi-Berri también lo tuvo claro para incorporarse ala cooperativa y apunta dos razones principales, concienciación y económicas, al igual que Beatriz Zabaleta, de Beatrizenea Taberna, quien destaca que la factura ha descendido en torno a un 25%. Irune Alkorta, de Droguería Garbi, señala que “es un proyecto sin ánimo de lucro” y dar pasos a hacia la independencia energética.