El Carnaval Rural inunda las calles de Olite
Recuperado en 1992, este carnaval tiene como protagonistas a los personajes de Larrukin, Karatula y Satan
Como es tradición desde el año 1992, el carnaval rural de Olite comenzó su acto más emblemático con la lectura del pregón desde el balcón del Ayuntamiento. Un texto escrito por una persona anónima que “cuenta las cosas que han pasado durante el año de forma irónica y reivindicativa”, explican las chicas de Txibiri Dantza Taldea, el grupo responsable de recuperar la tradición en la localidad en los inicios de los noventa. En esta ocasión, el texto hizo hincapié en la guerra de Ucrania: “Continúa Ucrania en guerra, defendiendo su frontera. Ya tres años han pasado desde que Rusia la invadiera”, aludía mientras que Palestina tampoco se quedó en el olvido: “Exterminados en Gaza millares de palestinos, Israel sigue de caza prolongando el genocidio”.
Txibiri Dantza Taldea, 45 años al son del baile en Olite
Tras la lectura, los primeros compases de la karrikadantza animaron a los vecinos ataviados, con los disfraces de Larrukin, Enfundados, Pastores o Sacos, a bailar; y los Karatulas formaron un corro, con Satán en el centro para bailar alrededor de él y mantearlo por los aires. “Satan, el personaje principal del carnaval, retrata a una persona mala que va haciendo trastadas por el pueblo con los vecinos. Las Karatulas nos encargamos de atraparlo y nuestra labor es mantearlo, como representación de darle su merecido por las trastadas que ha hecho”, explicaban. Una vez Satan había tomado su merecido, la ronda recorrió las principales calles.
No obstante, el día había comenzado mucho antes, en concreto, a las 10.30 de la mañana con las dianas de la mano de los txistularis del pueblo. La Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Olite continuó con la fiesta en la ronda poteo, que comenzó a las 12.30 y en la que estuvieron acompañados por los gaiteros municipales. Además, los vecinos y vecinas de la localidad celebraron la comida popular en la carpa municipal antes de escuchar el pregón.