Cabanillas celebró el pasado sábado la 8ª edición del Día de la Alcachofa y el Espárrago. Se elaboró un variado programa que además de mostrar la importancia de estos productos para la economía de Cabanillas (de alcachofa se cultivan 30 hectáreas y 6 de espárrago), hubo visitas guiadas a los campos de alcachofa y espárrago, se mostró el rico patrimonio histórico artístico con visita guiada la iglesia románica de San Juan de Jerusalén y al patrimonio industrial con visita al trujal de Cabanillas.
Además, hubo talleres infantiles donde niños y niñas pintaron y colorearon lo que su viva imaginación les sugirió, en la calle san Roque se instaló la feria con exposición y venta de verduras y otros productos de artesanos navarros; quesos, embutidos, juguetes, bisutería. De alcachofa de Cabanillas se pusieron a la venta 170 kilogramos y de espárragos se llevaron para vender seis barquillas de espárragos, unos 350 kilos.
Otro aliciente para los visitantes fue ver cómo se pelan y cocinan espárragos y alcachofas. Posteriormente llegó lo mejor: degustarlos y comprobar su calidad y el buen hacer de los y las voluntarias. Las alcachofas se fríen con ajos y jamón, y los espárragos se preparan con una vinagreta con ajo (170 kg de alcachofa se cocinan para degustación y 60 kg de espárrago).
Otra cualidad de Cabanillas es que las personas de las asociaciones y voluntarias se apuntan a colaborar en cualquier acto, como la Asociación de Mujeres y la Asociación Cultural Tresmontes. La alcaldesa de Cabanillas, Raquel Paz, y la concejala Laura Irañeta se unieron a ayudar vendiendo alcachofa y espárrago.
Otras actividades que amenizaron la jornada fueron pasacalles de gaiteros y gigantes de Cabanillas, la comida popular, conciertos, charanga o el concurso de encestado de alcachofa en la plaza del ayuntamiento.