Este año, el inicio de las fiestas de Pueyo tiene un nombre propio: Javier Hualde Ciordia, vecino de toda la vida y concejal del Ayuntamiento desde hace seis años. Será él quien prenda la mecha del txupinazo de unas fiestas que comienzan este jueves 24 de julio; un gesto simbólico y un reconocimiento que le ha llegado por sorpresa y que asume “con ilusión y gratitud”.
Javier nació en Pueyo hace 61 años, pertenece a la familia de los “Artilleros”, está casado y tiene dos hijos, Joseba y Julen. “Mi mujer es de Beire, le costó un poco adaptarse a las cuestas, pero aquí vivimos encantados. Estamos al lado de Tafalla y de Iruña, bien comunicados, con ambiente, con gente joven... Aquí no nos falta de nada”.
Tras 34 años trabajando en Volkswagen Navarra, Javier se prejubiló hace un año. Desde entonces, dedica parte de su tiempo a sus aficiones: el huerto, unos olivos que cuida con mimo y su pasión por la historia. Pero su implicación en la vida del pueblo va más allá del ocio: desde hace seis años forma parte del Ayuntamiento de Pueyo, primero con Charo en la alcaldía y ahora con Unai, actual alcalde. Su responsabilidad principal es el área de Agricultura y Medio Ambiente.
“Un pueblo es como un puzzle con 400 piezas. Una sola no es nada, pero todas juntas forman el cuadro, el pueblo”, reflexiona. Esta visión colectiva es la que lo ha llevado a ser una figura activa en la organización de auzolanes, esas jornadas de trabajo comunitario que en Pueyo siguen vivas.
Javier ha estado al frente de muchas de ellas, siempre con la idea de que, en los pueblos, las cosas se hacen entre todos. “En Pueyo llevamos eso en los genes”, dice, recordando iniciativas como las de Berdesia, en las que participaron Agustín Guillen o Txirolas, vecinos con el mismo espíritu colaborativo.
La falta de alguacil durante el último año ha sido un reto añadido. “Se jubiló el anterior y cuesta mucho sacar esa plaza. Así que hemos tenido que tirar todos del carro”. En su caso, eso ha significado encargarse de tareas tan diversas como desbrozar, limpiar fuentes o coordinar a empleados eventuales. Un ejemplo más de su compromiso, que no ha menguado con la jubilación: “Siempre estoy dispuesto a echar una mano al pueblo”.
Algo inesperado
Ese compromiso no ha pasado desapercibido para sus vecinos. Fue el propio alcalde quien le comunicó que sería él quien prendería el txupinazo de este año. “Cuando me lo dijo, me entró un sudor”, recuerda entre risas. “Sentí alegría, sorpresa, muchas emociones… y estoy muy agradecido”. El Ayuntamiento había solicitado propuestas a la ciudadanía, y su nombre apareció varias veces. “Es un reconocimiento, no tanto a lo que has hecho, sino a que eres del pueblo, que lo quieres. Es un honor tirar el cohete”.
Y a escasas horas del incio de las fiestas, y con la emoción del txupinazo por delante, Javier confiesa que todavía no tiene preparado su discurso. “Si lo piensas mucho, luego no te sale. Supongo que improvisaré. Lo que tengo claro es que quiero recordar a los que han estado y ya no están, y hablar del respeto, de la igualdad y de la libertad de los pueblos. Eso quiero decir”.
Desde y para el pueblo
Como concejal, Javier está centrado en diversas tareas dentro del área de medio ambiente y agricultura. En los últimos años se ha trabajado en la protección de las fuentes de piedra del pueblo, un patrimonio natural que se quiere preservar registrándolas oficialmente. También están gestionando la reparación de los caminos dañados por las tormentas de los últimos años.
“En 2019 recién entrados, las riadas destrozaron los caminos. Se gestionó una ayuda del Gobierno de Navarra y se arreglaron. Pero el mes pasado, otra granizada volvió a hacer daño. Es volver a empezar”. Otra iniciativa destacada ha sido la creación de un sistema antiincendios, con dos grupos de voluntarios: uno de intervención y otro de logística. “Hemos comprado mangueras, tenemos una llave con código de acceso, por si algún día hace falta actuar rápido”.
También vigilan de cerca las obras del tren de alta velocidad, una infraestructura de gran envergadura que afecta a la zona. “Hay que estar encima, controlando lo que hacen, aunque ahí poco se pueda decidir”. La implicación de todo el equipo municipal es clave. “Nos llevamos muy bien, además de compañeros somos amigos. Si alguien tiene una idea, los demás la apoyamos. Cada uno se encarga de lo suyo, pero siempre vamos todos a una”.