Viana afrontaba el segundo día de fiestas siguiendo la tradición del reparto de pastas en los soportales del ayuntamiento. Una tradición que arrancó oficialmente en 1973 y que se mantiene intacta actualmente. “Fue en esa fecha cuando se decidió que los aperitivos que se celebraban solo para los invitados oficiales se bajaran a la plaza y se compartieran con el resto de los vecinos y vecinas”, asegura Félix Cariñanos. Para el historiador vianés, estás fiestas son toda una evolución “antes las fiestas de la Magdalena era para los ricos y los del Ayuntamiento, desde 1876, los jóvenes de Viana alargan las fiestas y se establece que lleguen hasta el día de Santiago. “Esta conquista la consiguen los jóvenes pagando una cuota y que alarga las fiestas hasta el 25 de julio”.

La tradición se mantuvo ayer junto con otros actos entre los que no pudieron faltar los encierros y la suelta de vaquillas de la ganadería Ustarroz desde la mañana a la noche. También hubo un encierro txiki a cargo de la empresa Ponis de Valtierra.

Pero si la tradición del mediodía es que se repartan pastas, también por la tarde se continúa el acto en el que en los mismos soportales de la plaza de los Fueros se reparten “sardinas con guindilla”. La noche acabó con verbenas con la orquesta En Esenzia.

Resto de las fiestas

Las fiestas que este año cuentan excepcionalmente con un día más “para llegar hasta el fin de semana”, tienen un presupuesto de alrededor de 180.000 euros para estos seis días a los que habrá que sumar los cinco del mes de septiembre, ya que en Viana las fiestas se parten en dos.

Miércoles

Mañana miércoles la invitación será para los choricillos que se repartirán esta vez en la plaza de Urra y por la tarde la verbena contará también con el reparto del blodimery ‘zapatilla’ con música de la banda Welcome Band. Todo hará falta hasta el fin de las fiestas que este año se alargarán hasta el sábado 26 de julio.