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Sakana

María Ana Sanz, una vida dedicada a la educación

Nacida en 1868 en irañeta, esta mujer adelantada a su tiempo fue homenajeada el sábado en esta localidad, que le recuerda con una escultura

María Ana Sanz, una vida dedicada a la educaciónN.M.

Si bien un centro de Formación Profesional de Pamplona lleva su nombre, María Ana Sanz Huarte es una mujer poco conocida pero que ha dejado huella.Nacida en Irañeta en 1868 en una familia con fuerte tradición educativa y liberal, falleció en Pamplona en 1936 después de toda una vida dedicada a la educación. Este sábado, su localidad natal le rindió un homenaje que fue motivo de reencuentro de cuatro generaciones de su familia. También se descubrió una escultura que le recuerda en su pueblo, cerca de la antigua escuela.

Pionera en educación y acción social, esta mujer de gran personalidad, a fuerza de tesón, defendió a la infancia y la mujer. Además, promovió innovaciones educativas basadas en la felicidad de la infancia, que consideraba base para un buen desarrollo. Así, creó servicios dentro de la escuela para cubrir las necesidades básicas de los niños y niñas como cantinas, roperos o colonias. Su trayectoria y semblanza se recogía en una exposición a través de ocho paneles. 

Una exposición recogía la semblanza y trayectoria de Sanz.

Era hija de Mercedes Huarte, cofundadora del Colegio Huarte de Pamplona y de Mariano Sanz, pintor y profesor. Madre de diez hijos e hijas, obtuvo el título de Magisterio en la Escuela Normal Central de Maestras de Madrid en 1900. Un año después ganó por oposición una plaza en la Escuela Normal de Maestras de Navarra, especializándose en Letras. Asumió su dirección desde 1906 a 1931, impulsando reformas pedagógicas inspiradas en la Institución Libre de Enseñanza. En 1914 se especializó en pedagogía legislación escolar, ampliando su formación para mejorar la calidad educativa. En 1934 fue nombrada subdirectora de la nueva Escuela Normal unificada tras la reorganización educativa.

Pionera en la transformación educativa en Navarra

María Ana Sanz fue una persona clave en la transformación educativa en Navarra. Y es que introdujo métodos pedagógicos innovadores como la enseñanza activa y participativa, alejada del autoritarismo tradicional. También luchó para que las mujeres accedieran a una formación de calidad, profesionalizando el magisterio femenino y abriendo oportunidades laborales. Además, fue una de las primeras educadoras que vio la escuela como un agente de justica social, no solo de instrucción. Su influencia no se limitó a Navarra sino que tuvo eco a nivel estatal como referente pedagógica. 

Una escultura le recuerda cerca de las antiguas escuelas

“Sembradora de saberes y defensora incansable de la igualdad y la justicia social”, se dice en la placa de la escultura realizada por Iñaki Villanueva con piedra arenisca, en la que representa a esta educadora con una niña y un libro. Fue descubierta ayer por su nieta, Amelia Giber Navaz. En representación de la familia, agradeció “el interés, el entusiasmo y el buen hacer” del equipo que se formó para organizar este homenaje así como al Ayuntamiento y al pueblo de Irañeta que han apoyado este proyecto. 

Cuatro generaciones de descendientes de María Ana Sanz Huarte acudieron al homenaje que le rindió el pueblo de Irañeta.

También porque había reunido a parte de su familia que viajó desde diferentes ciudades como Donostia, Santander o Barcelona para recordar a la matriarca y volver a encontrarse . “Este acto nos enlaza con una tradición milenaria en que, en las largas noches de invierno, en torno al hogar se nos transmitían oralmente historias familiares, leyendas y tradiciones que nos dan es identidad que no se debe perder sino completar por los nuevos medios”, destacó. 

Aunque no conoció a su abuela, abuelitina como le llamaban en su familia, es una figura que ha estado muy presente. “El conocimiento de la incansable actividad educativa, cultural y social, así como el amor hacia nuestra abuelitina, nos ha sido transmitido a través de esas largas conversaciones con nuestra madre y padre. E, insisto, no debe perderse con los nuevos medios. No dejemos nunca de transmitir a nuestros descendientes lo que hemos recibido, porque somos, sentimos y vivimos gracias a lo que nos han aportado”, señaló. 

Mujer, maestra, intelectual, feminista, madre… todo su tesoro lo utilizó para el bien de todos y todas, para mejorar la vida de los demás. Ya le decía su maestra Concepción Arenal: las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican”, indicó el alcalde, Iñaki Arangoa. “Hoy, en reconocimiento a su labor, el pueblo que la vio nacer se une para honrarla con esta escultura y como a ella le hubiera gustado, con su familia en el centro de la foto”, destacó, al tiempo que puso en valor la implicación del pueblo de Irañeta en este homenaje. Lo cierto es que, en auzolan, ofrecieron un almuerzo que era más bien una comida, con entrantes variados, morcilla asada a la brasa como plato más contundente así como postres. l