El 18 de agosto de 2025 se publicó en el Boletín Oficial del Navarra el anuncio de un proyecto de planta de biometano y biofertilizantes en Los Arcos, promovida por B. Power Gen XI SL. Una empresa del mismo grupo, B. Power Gen II SL, había presentado unas semanas antes, en julio, un proyecto semejante en Viana, localidad que se encuentra a 26 km por carretera. Este hecho provocó tanto en Viana como en los pueblos de alrededor una contundente movilización y oposición social.

Ante la noticia del nuevo proyecto de planta biometanizadora, la población se ha organizado en torno a la Plataforma Vecinal contra la Planta de Biogás en Los Arcos. Durante las últimas semanas, la Plataforma ha ido realizando diferentes acciones de sensibilización sobre la problemática, el impacto y la idoneidad de estas macroplantas.

Así, el pasado 18 de septiembre, la Plataforma vecinal organizó una charla informativa sobre el proyecto, invitando para ello a la Fundación Sustrai Erakuntza. La iniciativa tuvo una gran acogida, ya que acudieron casi 200 personas, lo que demuestra el interés y la inquietud generada por el proyecto.

La intervención de Sustrai consistió en primer lugar en explicar el funcionamiento de una planta de biometano de estas características. Básicamente en estas plantas se introducen residuos orgánicos en formato generalmente líquido, como purines de granjas ganaderas, lodos de plantas depuradoras… En el proceso de biometanización se genera un biogás que está formado principalmente por metano, y que una vez purificado, se inyectaría en la red general de gas natural.

Al finalizar el proceso de biometanización, sigue habiendo una cantidad de residuo similar a la que ha entrado en la planta y que se ha de gestionar de alguna manera. El sistema habitual es utilizarlo como fertilizante de los campos de labor. Es aquí donde radica el problema de este tipo de plantas. Si la planta es de pequeño tamaño y asociada a una única explotación ganadera (o de otro tipo), los residuos de entrada y de salida no requerirán apenas transporte, y en general se gestionan bien.

Sin embargo, las plantas más grandes requieren inversiones mayores y que los residuos de entrada se trasladen desde lugares cada vez más lejanos. Al finalizar el proceso, necesitan extensos terrenos para fertilizar sin exceder la dosis, lo que implica volver a transportar los residuos a largas distancias. En muchas ocasiones esto no se realiza así, para ahorrar costes, y se sobrefertiliza en lugares cercanos a las plantas, con el riesgo que esto tiene de contaminar los terrenos con exceso de nitratos.

El recientemente celebrado juicio a la cúpula directiva de la macrogranja Valle de Odieta vendría a corroborar este tipo de actuaciones. Según todos los testigos y técnicos que han declarado en este juicio por contaminación en el entorno del río Aragón, los vertidos habrían sido de digestatos producidos al parecer por esta macrogranja. Estarían utilizando para deshacerse de ellos los terrenos que esta empresa dispone cercanos a la granja, y utilizando para ello los sistemas de riego por aspersión de que dispone, práctica que no estaría permitida.

Proyecto en Los Arcos

En la charla se detalló el proyecto que se pretende instalar en Los Arcos. Este responde a un modelo industrial que implica gestionar un volumen de 114.500 toneladas al año de residuos procedentes de purines y estiércol de macrogranjas, de residuos de industria láctea y bebidas alcohólicas, aguas residuales… Ello supondría una circulación diaria de entrada y salida de hasta 25 camiones de 25 toneladas, con la emisión contaminante que ello supone. Esta planta va a generar biometano y CO2 para la venta, así como digestato, un residuo fertilizante que supone el 80%-90% de los residuos de entrada. Esta cantidad abrumadora de digestato, y que debe distribuirse posteriormente en terrenos agrícolas, es un elemento potencial de contaminación de suelo y acuíferos por su mala gestión, con la posibilidad de contaminarlos con nitratos, además de otros compuestos.

No podemos olvidar que recientemente el Gobierno de Navarra ha tenido que reconocer la ampliación de zonas contaminadas por nitratos en Navarra, que van a pasar de 4 zonas y 99.259 hectáreas designadas en 2020, a 12 zonas y 247.854 hectáreas. Entre las nuevas zonas contaminadas está la cuenca del Río Linares, en la que se encuentra Los Arcos. Y también zonas cercanas a esta como la cuenca del Arroyo Riomayor en la zona de Arroniz, o el aluvial del Ebro en el entorno de Viana y Mendavia.

Finalmente, la intervención de Sustrai finalizó con un llamamiento a la protección de la tierra fértil y la salud frente a una burbuja de negocio que se está generando en Navarra en torno a la instalación de las plantas de biometano. Estas vienen asociadas a un aumento desmesurado de las macrogranjas, y se implantan sin ninguna planificación, aprovechando fondos públicos y europeos. En la charla se señaló la existencia de 17 proyectos de este tipo en Navarra, que se encontrarían en diferentes situaciones administrativas de su tramitación.

La charla vino animada por preguntas, clarificaciones y reflexiones por parte del público asistente. También intervinieron representantes municipales que reconocieron la presentación de este proyecto hace varios meses por parte de la empresa. El trabajo informativo de la Plataforma en relación al contenido del proyecto, de sus carencias e impactos ha permitido que el Ayuntamiento por unanimidad haya aprobado una moción de rechazo de este tipo de plantas y anunciado la presentación de alegaciones.

La charla finalizó con el llamado de la plataforma a seguir movilizándose y recoger alegaciones. Igualmente se valoró la importancia de extender este trabajo a los pueblos de la zona y a coordinarse entre las diferentes plataformas que han surgido en Tierra Estella para actuar conjuntamente.