SUNBILLA. Un sol invernal espléndido y el humor y la pericia en la construcción y la decoración de las carrozas, hizo que nuevamente los y las sunbildarras mostrara con toda brillantez a sus visitantes su ingenio en el desfile del domingo de Carnaval.

Además, el caldo, las castañas y los talos que repartieron un año más desde las tres carrozas que abrían la comitiva, hizo que los cientos de visitantes que acudieron al tradicional desfile, el acto central del Carnaval, entraran en calor. Pasadas las 11.30 horas de la mañana, tras los cohetes, se inició la marcha con las carrozas de siempre, no sin dejar de recordar a Aitor Ibarra Jalisko, verdadero animador del carnaval y speaker oficial, que este año no ha podido participar por problemas médicos. Sus compañeros de cuadrilla grabaron el Aupa Jalisko y al finalizar el desfile volvieron a recordarlo con gritos de ánimo. Como es tradición, abrían el desfile ofreciendo bebida y comida a los visitantes. La juventud repartió como cada año unos 400 litros de caldo, tortilla elaborada con 150 docenas de huevos, 120 panes, 150 litros de vino, además de castañas y talo con queso entre los visitantes a cambio de la voluntad. Para sufragar el Carnaval, además, durante toda la mañana vendieron boletos para el sorteo de un cordero y dos jamones, que también se pudieron ver en el desfile. Salieron a la venta 9.000 boletos a 1 euro. Y justo después, llegaban las carrozas con las que todos los años los vecinos sorprenden a todos los que se acercan hasta esta localidad.

Para empezar, un grupo de jóvenes ejercía de zombies, acordeonista incluido, dando mas de un susto a los espectadores. A los zombies siguió una carroza en representación de Marruecos, Ongi etorri Maroko, con mezquita, alfareros, una niña que montaba un camello y un viejo coche cargado hasta arriba de diversos objetos.

La siguiente carroza, Usuk parez pare, realizada por jóvenes, se representaba el tradicional arte de caza con red de las palomeras de la vecina localidad de Etxalar. Uno de los jóvenes blandía la zatarra y lanzaba paletas, para que unas hermosas palomas cayeran en las redes. Si en este puesto todos eran chicos, en el siguiente, de chicas, se representa Abordatzera, una historia de piratas de parche en ojo y espada en mano con un gran galeón y coreografía incluida.

La siguiente carroza, Stem Punk, fue quizá una de las mas especiales, con una variada representación de "locos cacharros", como aviones a cuerda, carruajes, biciclos de grandes ruedas, hélices y pilotos del siglo pasado, con cascos, gorros, antifaces y máscaras doradas.

Otra cuadrilla de jóvenes presentaba en la parte anterior una gran bandera olímpica, que no podía hacer presagiar lo que venía en el reverso de la carroza: el campeonato master-80 de petanca, con unos "ancianos" pertrechados con taca-taca y bastón.

La imaginación es libre y en la siguiente carroza, Arrai-Iñakk, Sunbillako akariuma, se representaba una gran pecera de acuario, con peces de colores, bogavantes, caballos de mar y otros que en nada desmerecía al Aquarium de Donostia. En la siguiente carroza se representaba Hiru txerritxoak una adaptación muy libre del cuento de los tres cerditos, con sus tres cochinillos, el lobo feroz y la casa hecha con paja y madera.

txikiteroak El grupo mas veterano representó Txikiteroak. Una carroza que eran dos en realidad; una de ellas, con el funicular del monte Igeldo, y la barandilla y las famosas sombrillas y toldos de la playa de la Kontxa acompañaba a los txikiteros donostiarras, con bufanda de la Real Sociedad, y música del himno de la Real Sociedad; la otra, con una representación del Guggenheim, con la escultura de la araña y la mascota del perro Puppy realizado con flores, era la que daba cobijo al grupo de txikiteros bilbaínos, con bufanda e himno del Athletic. Se puede decir que este derbi acabó en tablas.

Cerraba la comitiva el grupo Euskimalak, con esquimales cazando osos polares, focas, morsas y otros animales polares. Por la tarde, tras la comida en el frontón en la que se reunieron 80 comensales, se sortearon el cordero y los dos jamones, que correspondieron a los números 5.855 (cordero que se llevó el sunbildarra Paco Alzugarai), 7.571 (el primero de los jamones se lo llevó Angel Martinez, de Urtasun) y 3.054 (la segunda magra fue para Mañoli Agirre, de Sunbilla).