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La Txantrea juega en Navidad

la sexta edición del festival brif braf bruf estará disponible hasta el 3 de enero en el que colaboran los más pequeños de la casa y la asociación Kantalariak

La Txantrea juega en NavidadIban Aguinaga

Juanito Pierdedía era un gran viajero. Viaja que te viaja, llegó al país con el “des” delante, empieza narrando el cuento infantil El país con el des delante del autor italiano Gianni Rodari. Esta obra es parte del libro Cuentos por teléfono, en el que se hace una crítica a la lógica y al lenguaje e invita a pensar de manera creativa y diferente. Estos valores casan totalmente con los objetivos y el carácter del Festival de literatura infantil e ilustración Brif Braf Bruf que se celebra en la Txantrea todas las navidades, así que para esta sexta edición han decidido basarse en él.

Más allá de ser escritor, Gianni era pedagogo y tenía una visión del mundo más compleja de lo habitual. De ahí que en sus escritos trataba “la importancia que tiene la imaginación y la fantasía a la hora de conocer lo que te rodea, la realidad. Que no es algo que está al margen, sino que es algo indispensable precisamente para conocer la realidad, no es algo opuesto”, explica Maitena Muruzabal, miembro de la asociación organizadora, Kantalariak. Igualmente, el cuento nombra a un descañón que sirve para deshacer la guerra, hecho que también han querido destacar en esta edición del festival, porque “creemos que aportaba para este momento tan difícil que vivimos. Vemos guerras ya muy cercas y dolorosas, vemos movimientos que vienen tan duros, con tanto odio. Querían reivindicar que “para crear un mundo nuevo hace falta deshacerlo de alguna manera” o inventarse uno nuevo, y “para eso la imaginación es indispensable”.

Este año se celebra del 20 de diciembre al 3 de enero por las calles del barrio, y como en anteriores ediciones, la fantasía y la participación de la infancia son sus ejes principales. Además, siempre han trasladado su compromiso con crear actos culturales accesibles, con un fuerte arraigo comunitario y llevándolo a espacios menos saturados como los barrios. Esta iniciativa combina diferentes expresiones artísticas con el juego, como el txoko de juegos de palabras, los talleres de maratón de cuentos y el cinecito. 

El origen

Aunque en la Txantrea ya se organizaba una feria de literatura, hace seis años la asociación del barrio Kantalariak quiso ir más allá y hacer algo más completo. Era época de pandemia, y “nos ayudó un poco a tener esa pausa para pensar bien lo qué queríamos hacer”, explica Maitena. De esa meditación surgieron los objetivos del festival: “poner en el centro la imaginación y la fantasía, hacer algo en el barrio y el tercer punto, que hemos ido desarrollando cada vez más, la participación de la infancia en la creación”, añade.

El compromiso de Brif Braf Bruf con la colaboración de los más pequeños de la casa es total. Son sin duda la columna vertebral de este festival, ya que no solo las actividades están dirigidas para ellos, sino que son los que las idean y ejecutan. Aun así, en estas actividades puede participar todo el mundo que quiera, tenga la edad que tenga. “Hemos ido haciendo el camino año tras año”, explica Muruzabal. Al inicio solo colaboraban los hijos e hijas de los miembros de la asociación que “tomaban las decisiones con nosotras”. Más tarde se unieron a la iniciativa tres escuelas del barrio, CP García Galdeano, Bernat Etxapare IP y CP Doña Mayor, que a día de hoy representan más de 500 chavales y son parte activa de la vida del festival, creando sus propios cuentos por ejemplo. Hay otros que participan en grupos de voluntarios, supervisando y organizando los juegos y actividades que se celebran durante los días navideños. En general, “están encantados”, celebra Maitena, porque son una parte muy importante en todas las fases del festival y son conscientes de ello. 

3 zonas fantásticas

Brif Braf Bruf se reparte en 3 zonas: la feria, la ciudad y el bosque fantástico. La primera es “un espacio de juegos que hacemos en la asociación”, cuenta Muruzabal, todos inspirados en las atracciones típicas de una feria. Pelotas para lanzar a botes, un juego de pescar ranas, o el conocidísimo juego del camello pero en este caso con globos que suben al cielo, por ejemplo.

El bosque fantástico es una especie de yincana con buzones, puertas y candados en el que “hay que conseguir claves para abrir las puertas y los buzones”. Detrás de ellas hay una sorpresa, todavía por desvelar, que ha creado el alumnado de las escuelas participantes.

En la ciudad, colocada en la plaza Arriurdiñeta, se puede encontrar una cabina fantástica en la que al marcar un número se escucha un cuento y un semáforo que al hablar hace rimas para poder pasar un paso de cebra entre otros, todo ideado y creado por los alumnos de CP García Galdeano, Bernat Etxapare IP y CP Doña Mayor. “Todo tiene su proceso de creación antes en las escuelas”, explica la miembro de Kantalariak.