pamplona - La villa ya está enterada e incluso le dieron la bienvenida en el pleno municipal. A Villava ha llegado un vecino algo más extravagante que los empadronados hasta la fecha en la localidad. Le gusta masticar madera, tiene la cola aplanada y cuatro incisivos fuertes y afilados. Responde al nombre de castor, aunque ya le han bautizado como Torkuato. No es un animal de costumbres fijas, pero estos días se le suele ver cuando cae la tarde debajo del puente de San Andrés. A esas horas se recomienda a los conductores de la zona moderar la velocidad, porque siempre hay algún curioso cruzando la carretera de un lado a otro siguiendo a este roedor semiacuático.

“Se le ve cerca de la zona de esparcimiento canino. Y además está al lado del paseo fluvial, el puente... es fácil que la gente lo vea”, dice la bióloga Itziar Almarcegui, de 37 años. Ella y el guarda forestal Daniel García llevan tiempo tras la pista de este ejemplar, y al final le localizaron. “He dado muchos paseos por aquí, mirando todas las especies de flora y fauna, y como asesora externa del Ayuntamiento me ha tocado trabajar con el tema del río. Hace bastante tiempo teníamos identificados rastros de su presencia, y desde noviembre eran mucho más claros”, apunta esta bióloga de Villava.

Ahora los rastros son tan evidentes que no hace falta ser un experto para sospechar de este animal. Varios troncos tumbados como los de la fotografía, y la corteza de otros perfectamente limada, prueban su presencia. “Una vez te enteras de los indicios, vas a la zona y esperas a ver si hay suerte. Si vas ahora cinco minutos puede que te suene la flauta, pero para estas cosas hay que meter horas”, explica Dani, experto en paciencia si de lo que se trata es de contemplar en su hábitat a cualquier tipo de animal.

Para los que no sepan esperar tanto pero sí compartan su curiosidad, aquí va uno de sus enlaces de Youtube (hay ocho en total) en el que ha pillado al castor comiendo madera con nocturnidad: https://www.youtube.com/watch?v=rIfnHTp172w.

Itziar y Dani tienen una norma. “Cuando ves un bicho nuevo, si estás con gente que ya lo ha visto te toca pagar una ronda”, cuenta Itziar. Esta vez le toca a ella invitar. “Hace dos años vi a uno nadando en la Magdalena con otro compañero. Y el otoño pasado seguí más de una hora a otro que iba nadando tranquilamente desde el puente del Plazaola hasta Alemanes”, cuenta Daniel confirmando que, aunque en Villava sea una novedad, su presencia en la Comarca no es tan extraña. “Cada vez se ve más en Pamplona. Hace dos años nadie los veía, y ahora hay bastantes datos”, dice.

“El otro día también vieron a uno en el puente de Arre y en el de Miluze, en San Jorge. No sabemos si es una población asentada. Igual es una familia que de vez en cuando se va moviendo, o un individuo que viene desde lejos y va explorando un poco, se pega aquí un mes y se va”, dice Dani. “No se sabe de dónde ha venido, pero sí hay que dejar claro que fue introducido de manera ilegal”, comenta Itziar.

¿presencia peligrosa? El castor, como especie no autóctona, genera dudas sobre su impacto. “El encargado de su gestión es el Gobierno de Navarra. Como asesora del Ayuntamiento de Villava, mi cometido simplemente es, si veo algún peligro porque se puede caer algún tronco encima de alguien, avisar para que lo retiren y ya está. Pero en principio no está causando muchos daños porque es un solo bicho. Si vemos que los árboles que ha tirado suponen un riesgo porque los puede arrastrar una riada, se avisa a la Mancomunidad, los retiran y ya está. No hay ningún problema”, dice Itziar. Dani tampoco ve ninguna amenaza seria. “El peligro es mínimo”, asegura.

Él no parece una amenaza, y nadie va a amenazarle a él. “No tiene un competidor. Nadie le quita la madera para comer y nadie se lo come a él. Su único inconveniente son las presas grandes, que igual le puede costar más pasarlas, y las personas”, finaliza Dani. Así que, siempre que él quiera, hay Torkuato para rato.