Maite Alcaiza, vecina de Huarte, salía de hacer la compra en un supermercado cuando se dio cuenta, al intentar entrar en su coche, de que no podía meter el capazo de su niña de apenas tres meses en el asiento correspondiente. Otro conductor había aparcado demasiado cerca y, además, el tamaño estándar de las plazas de parking “no ayuda”, denuncia. Ésta y otras situaciones que le ocurrieron durante años, también mientras estaba embarazada de su primer hijo, le llevaron a escribir un post en Facebook y terminó por darse cuenta de que no es la única que tiene que afrontar estos problemas. Muchas mujeres y hombres se sumaron al hilo de la conversación compartiendo experiencias similares, proponiendo alternativas y compartiendo casos y situaciones también en otras ciudades.

“Las mujeres embarazadas y familias con niños y silletas sufrimos a diario numerosos problemas para aparcar y poder sacar los bártulos”, explica. A la escasez de plazas de aparcamiento se le une el poco espacio del que dispone cada una. ‘’Fui a hacer compras a un centro comercial y cuando salí de comprar y traté de meter a mi niña en el coche no podía hacerlo ni por un lado ni por otro, ya que a ambos lados tenía dos coches muy cerca. Al ir sola con la niña no sabía qué hacer, ya que era necesario sacar primero el coche, y mi hija tiene apenas 3 meses. Le pedí a una mujer que se quedara unos segundos con ella y se solventó así. Pero hace años, embarazada de mi primer hijo, me pasó algo por el estilo. Ya no por no poder meter la silleta sino para entrar yo’’.

El problema, señala, no es solo cuestión de los centros comerciales sino de todo tipo de aparcamientos. “Cuando vas acompañada no existen tantas dificultades porque la otra persona puede ayudarte y se resuelve, pero en la zona azul, las plazas -aunque sean de tamaño normal- no dan para abrir la puerta lo suficiente como para sacar el capazo’’.

Así como hay plazas de aparcamiento para minusválidos, Alcaiza propone la creación de otras específicas para embarazas y para padres o madres que van con silletas, una alternativa que ya existe en algunos establecimientos y en otros países. En Lidl tienen plazas reservadas para ese fin, por eso lo considera un objetivo fácilmente alcanzable y realista.

Se trata de un espacio más ancho de lo habitual, y señalizada. “Lo ideal sería poder establecer estas plazas en centros comerciales donde muchas familias van a pasar tardes de lluvia o a hacer la compra”, propone. En nombre de todas esas mujeres y familias, Maite inició hace ya semanas una pertinaz campaña a favor de los aparcamientos exclusivos para ellos y, sobre todo, más amplios para embarazas y familias con niños y carritos.

A raíz de ese primer post salieron a la luz testimonios de otras mujeres que pensaron no haberle dado la importancia suficiente a este asunto o que creyeron que se trataba de un problema aislado. Eva Herrero, por su parte, aparcó una tarde en la zona azul de Pamplona para hacer recados con su hijo de cinco meses. “Al volver al coche tuve que dejar la silleta con mi hijo en la acera, sacar el coche del aparcamiento y dejarlo en doble fila interrumpiendo la circulación para poder coger a mi hijo’’, relata.

Sara Mesa sufrió otros problemas estando embarazada: “No podía entrar a mi coche porque el que aparcó al lado estaba demasiado cerca y tuve que meterme por el lado del copiloto -explica-. A cualquier persona que no se haya visto en la situación no le parecerá tan grave pero es muy difícil pasar del asiento del copiloto al piloto estando embarazada de ocho meses. También es muy complicado estar con un bebé dormido, tener que pasarlo hasta la silla del coche desde el lateral contrario y después montar y desmontar en el momento el capazo’’, zanja.