pamplona - El Ayuntamiento del Valle de Aranguren aprobó ayer por unanimidad un informe con seis alegaciones contra el proyecto que ha presentado la empresa Acciona Energía para instalar una planta fotovoltaica flotante de 1,125 MWp en la Balsa de Eskoriz situada en Zolina. El trámite de audiencia lo concede el servicio de Energía, Minas y Seguridad industrial del Gobierno de Navarra ante el permiso solicitado para construir la nueva instalación. Desde el Consistorio recuerdan que la balsa es un humedal artificial salado de unas 110 hectáreas, creado en el siglo pasado por las aguas que provenían de la explotación de un yacimiento potásico. La balsa se ubica en una pequeña depresión, cerrada hacia el sur por una presa. Del seguimiento de los microhumedales por los estudios encargados a la sociedad de Ciencias Aranzadi se conoce que existen, entre otras, poblaciones de tritón palmeado, sapillo moteado y rana común, invertebrados, anfibios y es una zona destacada para la “avifauna sobre todo durante las migraciones pre y pos nupciales, en las que es visitada por gran cantidad de aves, por lo que está considerada hoy en día como una del las principales zonas de invernada y zona de importancia para las aves migratorias de Navarra”.

El pato colorado, cisne, cigüeñela común, milano real, aguilucho lagunero o mamíferos como el arvícola sapidus son otras especies documentadas. “Probablemente las condiciones en su conjunto no se dan de forma natural en ningún otro humedal navarro, de ahí la singularidad de su flora y fauna acuática”, indican. Así, la balsa suscita al menos un doble interés: el científico, al ofrecer la “oportunidad de estudiar una colonización de un medio acústico salino artificial”, y el “ambiental o ecológico”, al albergar de forma permanente o temporal “especies singulares con un claro interés de conservación”. La colocación de 12.000 m2 de platas fotovoltaicas sobre la lámina de agua tendría “un impacto significativo, y esta acción constituiría una afección muy grave sobre el medio natural, en especial sobre la avifauna y la flora presentes”. Asimismo, el impacto paisajístico y visual de las placas y estructuras resulta “radicalmente incompatible con los objetivos que este Ayuntamiento se ha fijado de recuperar el ámbito de la balsa y su entorno para la protección de la fauna, y su disfrute naturalístico”. Por otro lado, la Cañada Real, en el término de Zolina, hace su presencia bordeando la balsa de Ezkoriz por el sur de dicha balsa, dirigiéndose hacia el pueblo de Labiano.

La instalación incumple por otro lado la normativa urbanística del Plan General Municipal del Valle de Aranguren aprobado provisionalmente, ya que “no es una infraestructura de interés público, se trata de una actividad prohibida”. También alegan razones de seguridad ya que la balsa fue clasificada en el inventario de las instalaciones de residuos cerradas como de “gran presa”, con altura de dique superior a 15 metros y como “instalación de almacén de lodos abandonada”. La balsa se abandonó en 1997. Técnicamente, por razones de seguridad no procede por tanto instalar placas en la zona de seguridad del dique. También aducen falta de rigor en el estudio de afecciones medioambientales ya que no incluye, argumentan, el estudio de los lodos del fondo de la balsa ni la afección del sistema de cimentación al fondo del embalse y a posibles actuaciones necesarias de seguridad del dique. - A.I.