beriáin - El Ayuntamiento de Beriáin aprobó ayer por unanimidad recurrir a la vía administrativa para continuar su lucha en el proceso Morelucea, con el objetivo de evitar el pago de una deuda de 4 millones de euros que mantiene con Caja Rural por el aval de unos terrenos. La cifra supera con creces el presupuesto municipal de un año y la problemática, que viene coleando desde hace casi una década, supone el mayor quebradero de cabeza para el Consistorio.

Todos los concejales -con el alcalde, Óscar Ayesa (AVB), a la cabeza, y la ausencia de Saioa Souza (AB), Karmele Unanua (AVB) y Teresa Mena (Navarra Suma) por motivos de salud- se pusieron ayer de acuerdo para, una vez agotadas todas las vías civiles después de que el Tribunal Supremo diera la razón en mayo de este año a la entidad bancaria, continuar con el proceso llevándolo al Tribunal Administrativo de Navarra.

El Ayuntamiento de Beriáin, a través de la promotora Moreluzea, promovió ya en 2010 la construcción de 115 VPO y otras 115 viviendas libres en el solar de las antiguas Cocheras, cuya primera fase se llevó a cabo. La sociedad pidió un préstamo a Caja Rural para financiar las obras por valor de 3,9 millones de euros (que son los que la entidad reclama al Ayuntamiento) pero más de 50 viviendas y alrededor de cien plazas de aparcamiento quedaron sin vender. En la operación el Ayuntamiento presentó como aval bancario unos solares adyacentes con capacidad para levantar unas 200 viviendas más, terrenos “que fueron tasados por un valor que, tras explotar la burbuja inmobiliaria, se vio muy reducido”, explicó el alcalde. “La entidad bancaria dijo que valían menos dinero y no se llegó a ejecutar la segunda fase”.

Ya en 2014 Caja Rural presentó una demanda contra el Consistorio por el crédito de los cuatro millones que le otorgó para que la empresa municipal pudiera iniciar las obras de una segunda fase que nunca llegó a ejecutarse. La entidad alegó que el aval que puso el Ayuntamiento para el crédito, otorgado cuando Rafael Blanco era alcalde de Beriáin por el Partido Socialista, en 2010, no podía ejecutarse.

“Recurrimos y el juzgado, en primera instancia, nos dio la razón, pero Caja Rural recurrió y en segunda instancia se la dieron al banco. Ahora (en mayo de este año), el Supremo ha dado también la razón a Caja Rural, así que agotadas todas las vías civiles lo que vamos a hacer es continuar por la administrativa”, explicó Ayesa.

revisión de oficio El acuerdo de pleno pasa por iniciar el procedimiento administrativo de revisión de oficio del acto de Alcaldía de otorgamiento de la póliza de afianzamiento a favor de la Sociedad Morelucea S.A.U. por incurrir en el mismo “posibles causas de nulidad motivadas en la consideración segunda del informe jurídico municipal”. Se dará traslado a los afectados, que tendrán 15 días para presentar alegaciones.

“Creemos que los poderes que dio el Ayuntamiento para firmar ese aval se llevó a cabo en otras condiciones”, explicaba Ayesa antes del pleno, en el que los concejales, en bloque, se pusieron de acuerdo. No hubo debate y sólo intervino José Manuel Menéndez (AB) que, en el turno de ruegos y preguntas, cuestionó al alcalde sobre si había tenido contacto con los responsables de Caja Rural, a lo que Ayesa señaló que le contestaría “en el próximo pleno”. Entonces indicó Menéndez que él ya se reunió con ellos para valorar la situación, y asumió que la sentencia del Supremo “es muy clara, y creemos que una toma de contacto, por lo que pueda pasar, sería conveniente”, tras ofrecerse a ejercer como intermediario.

terrenos como avales

Una deuda de cuatro millones. A través de la promotora Moreluzea, el Consistorio promovió la construcción de 115 VPO y otras 115 viviendas libres en el solar de las antiguas Cocheras. Pidió un préstamo a Caja Rural para financiar las obras por valor de 3,9 millones de euros, poniendo unos terrenos como aval, pero la segunda fase no se llegó a ejecutar. Morelucea quebró y ante la imposibilidad de pagar, el Ayuntamiento entiende que Caja Rural debe ejecutar el aval e hipotecar los terrenos. Por su parte, la financiera adujo que no podía hipotecar unos terrenos que no eran suyos. - V. Urieta