Es un hito importante porque localiza la ermita que dio nombre al monte de San Cristóbal. Y todavía más importante, casi con toda probabilidad señala el lugar donde se levantó el Castillo de San Cristóbal. “Javier Baleztena ya decía que donde estuviera la ermita de San Cristóbal estaría el castillo”, explica el historiador responsable del proyecto, Iñaki Sagredo. Desde 1997 Sagredo investiga sobre el centenar de castillos que defendieron el reino de Navarra. “Este es el que nos faltaba”, dice contento tras el hallazgo.

Muy cerca del Fuerte Alfonso XII de Ezkaba, casi en la cima del monte, las dos semanas de catas arqueológicas durante el mes de julio han dado sus frutos. En los trabajos, impulsados por el Concejo de Artica (Cendea de Berrioplano) para recuperar su historia y patrimonio, “encontramos un muro defensivo que avanza hacia la parte norte, donde estaba el resto del edificio. Aquí se sitúa la zona del foso, un terraplén defensivo, y la parte más cómoda del acceso a este lado. El otro es una zona inaccesible, por tanto aquí tuvo que estar la fortificación medieval”.

Hay más indicios: “Casi todo el material que ha salido es medieval. De la ermita no tenemos documentación del siglo XIII. Y la cerámica por su tipología, vidriada con unos adornos muy característicos, nos situaría entre el siglo XIII-XIV. La única documentación de ese periodo aquí es el Castillo de San Cristóbal. Ni el fuerte siquiera, que se hizo en período Carlista sobre una roca en la que posiblemente antes no hubiera nada. Y esta es la zona más cercana a Pamplona. Con toda probabilidad el Castillo de San Cristóbal pudo estar aquí”.

Guerra de la navarrería

No hay documentación de la ermita y la única que consta sobre el Castillo es la guerra de la Navarrería (1276). Sagredo cuenta que cuando las tropas francesas destruyeron la Navarrería, hicieron lo mismo con el Castillo de San Cristóbal.

“Se decía en las fuentes que el castillo no tenía mucha altitud y que se podía acceder de forma cómoda, coincide con la descripción. Estratégicamente está protegido y controla la ciudad de Pamplona. Es el punto del monte, defensivamente hablando, más cercano a la ciudad medieval de Pamplona. La función del castillo era tener un cierto control visual con la ciudad, mantenía esa comunicación. Por eso tiene más sentido este punto que el lugar donde se encuentra el fuerte. Controla toda la cuenca de Pamplona, por un lado, y por el otro la zona que se dirige hacia el Valle de Egüés, Baztan... Estratégicamente es muy importante”, considera.

“No tenemos la certificación, pero aquí hay una construcción que por su anchura es defensiva, que tiene sus fosos y hay cerámica medieval del siglo XIII. Parece que nos empuja a que el castillo, como decía Baleztena, estaba aquí. Como pasa en otros castillos, las ermitas se construyen sobre construcciones que había antiguamente, y esto parece que es así”, abunda. “Muchos historiadores a nivel local le han dado valor, porque una referencia de lo más medieval de Pamplona es el Castillo de San Cristóbal, que estaba justo encima”.

Ponerlo en valor

En el proceso de investigación previo a las catas, en el Archivo Militar de Segovia apareció “el plano de cómo tenía que estar en este mogote el castillo. Habían dibujado incluso una posible planta, pero no había construcción alguna. Y en las fotos de los años 20-30 tampoco había absolutamente ningún resto, no se ven indicios. Nadie había podido localizar el castillo. Lo importante es que ha salido, y hay que ponerlo en valor”, asegura.

En ese mapa figuraban los mojones antiguos del monte Ezkaba “y salía en un pequeño gráfico dónde estaba situada la zona de la ermita. Luego vinimos, vimos las formas del monte y decidimos hacer aquí el sondeo. Y aquí nos ha salido. Esto se ha modificado mucho con los pinos de repoblación, había que hilar fino para ver dónde podía ser. Hemos tenido suerte”, afirma.

El Concejo de Artica apuesta por este proyecto, quiere continuar con los trabajos. La idea a futuro es ir sacando más restos de la fortificación y ermita y poder hacer aquí una zona visual, un mirador, que se vea el casco antiguo de Pamplona, etc...”, concluye.