Este martes se produjo la apertura de la residencia de mayores Amavir Valle de Egüés, ubicada en Sarriguren y con capacidad para 167 personas, tras haberse recibido la última autorización administrativa. Ingresaron en el centro los primeros cuatro usuarios y hay ya otros nueve ingresos previstos para los próximos días.

En el centro están ya trabajando su directora, Olaia Arbizu, además de la trabajadora social, psicológica, terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, médico, cinco enfermeras, cinco auxiliares, mantenimiento, cuatro recepcionistas, equipo de cocina y limpieza. Conforme vaya aumentando el número de residentes se irá incrementando la plantilla, hasta llegar a más de 100 trabajadores.

Tanto para profesionales como para usuarios están siendo días muy especiales. Como cuenta la directora, “hemos trabajado mucho estas últimas semanas para tener todo listo para este día de la apertura y ya teníamos muchas ganas de empezar a recibir a nuestros primeros usuarios, estamos muy emocionados”.

Merche, de 97 años, una de las primeras residentes estaba este martes pendiente de la mudanza de sus cosas, especialmente de su máquina de coser, ya que ha sido costurera y es una de sus grandes aficiones, que quiere continuar en el centro. Las familias han participado también activamente estos días en el proceso de adaptación de sus mayores a la residencia.

Sexta residencia de Amavir en Navarra

Amavir Valle de Egüés es la sexta residencia de Amavir en Navarra, junto a las de Mutilva, Argaray, Oblatas, Ibañeta y Betelu, sumando un total de 783 plazas, lo que la consolida como líder en atención a la tercera edad y dependencia en la región. En el conjunto del Estado, Amavir gestiona 43 centros y un total de 8.000 plazas entre residenciales y de centro de día.

La directora del centro, Olaia Arbizu, charla con las primeras residentes.

La nueva residencia tiene una superficie construida de 8.717 metros cuadrados, repartidos en planta sótano, baja, primera y segunda. En el sótano, con acceso a un amplio patio ajardinado, se encuentran las estancias dedicadas a las actividades y atención a residentes (gimnasio, despachos médico y de enfermería, terapia ocupacional, psicología, biblioteca, peluquería…), además de la zona de limpieza, cocina, instalaciones, almacenes y vestuarios y zona de descanso del personal. Por su parte, en la planta baja se ubican la cafetería y todo el área administrativa.

La peluquería de la residencia. Foto: JAVIER BERGASA

Las habitaciones (152 en total, 137 de ellas individuales y 15 dobles) se reparten en ocho unidades de convivencia independientes, en cada una de las cuales residirán entre 19 y 22 personas, con su propia sala de estar y comedor.

Con esta estructura se busca que en cada módulo vivan personas con unas condiciones de salud o características similares, lo que facilita una mejor adaptación y atención por parte de los profesionales y un seguimiento más personalizado. Uno de esos módulos está especializado en personas con Alzheimer y otro tipo de demencias severas. Todas las habitaciones cuentan con su propia dotación de mobiliario adaptado y baño geriátrico, pero podrán ser decoradas a gusto de los residentes con sus enseres personales si así lo desean.