Estella-Lizarra - Si algo tienen claro los responsables de la asociación Tierras de Iranzu es que el verano está para vivirlo. Para ello han propuesto un ambiciosa y diversa oferta que consiste precisamente en hacer de la tierra y del mundo rural toda una experiencia. Lo han llamado ecoexperiencias y en ellas ofrecen una variada oferta cultural, también como escenario de propuestas de enoturismo además de la gastronomía como no podía ser de otra manera.

Con esta vocación de abrir las puertas de estas tierras al mayor número de aventureros, se han centrado primero en el embalse de Alloz, uno de los lugares que más atractivo resulta para miles de visitantes y donde se han organizado actividades al aire libre, algunas más arriesgadas como los vuelos en parapente pero, sobre todo, en las actividades acuáticas.

El monasterio de Iranzu es otro de los polos sobre los que gira la programación veraniega de Tierras de Iranzu. Es aquí precisamente donde se plantea una nueva actividad que se llama geochaching que, según nos explica las gerente de la asociación Charo Apesteguía, “es una actividad totalmente renovada y consiste en que todos los turistas que lo deseen pueden participar buscando 12 tesoros, que los llamamos caches, por el entorno de Iranzu”. Y luego están los 17 senderos, entre los que destacan el del barranco de Erbioz, el de Elimendi para BTT, la calzada romana, el cañón del río Ubagua, las peñas de Azanza, las vistas de Lazkua, la Cruz de Maurien o los hayedos de Lezaun. Hay paseos medioambientales sobre el cañón del mismo río Iranzu en los que se preparan degustaciones de quesos de Idiazabal y sales. Y es que la sal es otra de las propuestas de la oferta veraniega que cuenta con el escenario Salinas de Oro, salinas milenarias cuya visita descubre todos los secretos para la extracción de estos cristales indispensable en cualquier oferta gastronómica. El verano es la gran estación para esta asociación que trabaja durante todo el año para mejorar su oferta y hacer del mundo rural un espacio compatible con el futuro. Y esto lo hacen posible bien sea a través de las visitas a las diferentes bodegas y establecimientos de enoturismo, con las granja escuela de Lezaun, poniendo en valor la actividad ganadera donde se pueden visitar varias explotaciones para conocer la vida diaria de los vaqueros, de los queseros o mieleros por poner solo tres profesiones vinculadas al mundo del campo. Y luego, además, nos encontramos con una riqueza arquitectónica que es una de las grandes sorpresas para quien no la conoce. Desde luego Apesteguía insiste en que en “Tierras de Iranzu estamos encantados de trabajar duro el verano y de acoger a todos los que decidan dejarse querer por aquí” entre las propuestas pensadas para mostrar todo el encanto de estos rincones de Tierra Estella.