La celebración del encendido de la iluminación ayer por la tarde fue el único acto que el consistorio había previsto para el día de su patrón San Andrés. Un acto en el que se encendieron los elementos luminosos propios del ayuntamiento en las plazas de los Fueros y de la Coronación, además de los 31 arcos alquilados a la empresa Murbidecor, que han repartido por las calles más céntricas de la ciudad y que suponen un coste de 7.800 euros. Luces que se apagarán cada día a las doce de la noche en cumplimiento de las restricciones.

Los representantes municipales aprovecharon la jornada de ayer para revisar las obras de la calle la Rúa, la entrada principal por la que los peregrinos ingresan en la ciudad y por la que, según la tradición, también entró el obispo griego de Patrás, allá por el siglo XIII y portando las reliquias de San Andrés, antes de cruzar la calle y morir en el hospital de San Nicolás, cerca de la actual iglesia de San Pedro de la Rúa. Ayer los ediles recorrieron este mismo tramo pero ya con la calle renovada.

Unos trabajos que, según informaron desde el Consistorio, comenzaron a finales de julio y “se han adelantado cerca de dos meses sobre su fecha prevista de finalización”. Las obras superarán finalmente el presupuesto de 400.000 euros, de los que 319.000 se financiará a través del Plan de Infraestructuras Locales.

Las obras han abarcado 166 metros de calle, con un área de aproximadamente 1.062 m2. Se han colocado adoquines de granito “de Cáceres y Galicia” que, según explicaron desde la dirección técnica, son de una calidad superior a los usados en la calle San Nicolás, de piedra caliza y extraídos en su día de una cantera que ya se ha clausurado. “Lo que se ha conseguido es tener una calle totalmente accesible, en comparación con la incomodidad del material que había anteriormente” y que consta con aceras en los dos extremos de la calle, y, “para mantener la esencia de La Rúa”, se han colocado las piedras antiguas que había en uno de los lados.

Con la reforma de los saneamientos y la construcción de un nuevo colector, se busca “que no haya ninguna vivienda que realice vertidos al río Ega”. Las obras han servido también para instalar canalizaciones de telefonía e Internet, alumbrado público, baja tensión y para la conducción de gas, además de los conductos que, con la utilización de biomasa, se calentarán en el futuro distintos edificios públicos de la zona.

Con todo, la festividad de San Andrés, contó con dos ceremonias religiosas. También muchos vecinos se acercaron hasta las pastelerías locales para comprar la tradicional tarta de San Andrés, uno de los postres más característicos de la gastronomía de la Vieja Lizarra.