oy un marroquí que vive en Estella desde enero del 2013. Tengo trabajos temporales, en vista de ello se me ocurrió que podría ser una buena idea para tener unos ingresos extras, comprar un piso y ponerlo en alquiler. Pedí dinero prestado a familiares y amigos, porque los musulmanes no debemos pedir prestamos con intereses y compré un piso en Mendavia, en Carretera de Lodosa. Lo anuncié en internet.

Una asistenta social de Mendavia se puso en contacto conmigo, quería la vivienda para una familia que, según ella, no tenían donde vivir: era un matrimonio y 4 hijos. Yo en un principio no quería porque sé que una familia numerosa y sin trabajo fijo puede ser un problema y le dije que había gente que me quería pagar tres meses por adelantado. Me dijeron que eso no era problema que también podrían ellos pagarme por adelantado e insistió diciendo que yo no iba a tener ningún problema con esa familia, que eran muy majos y trabajadores y que podían pagar. Al final llegamos a firmar un contrato por un año el día 24 de enero del 2020, la fianza me la abonó el servicio social el día 29 y la mensualidad me la pagaron los inquilinos. El plazo de pago lo tenemos entre el 1 y el 5 de cada mes. Ya al mes siguiente me tuve que poner en contacto con ellos porque se pasó la fecha acordada, al mes siguiente dijeron que no iban a pagar más que 200 euros y que cuando pudieran pagarían lo restante. Al mes siguiente dijeron que no podían pagar nada. Llamé a la asistenta y el servicio social me hizo un ingreso y les advertí que me debían aún parte del mes anterior. Hablaron con ellos y me lo pagaron. Al mes siguiente me puse en contacto con ellos, otra vez pagaron tarde y al mes siguiente no quisieron pagar. Desde el servicio social me dijeron que no podían ayudarlos más y que ahora el problema era entre ellos y yo. Mi desesperación empezó cuando me llegó un recibo de agua que los inquilinos no habían pagado y tuve que hacerme cargo. Llamé al inquilino, el cual no cogió como de costumbre, y en un arrebato mandé cortar el agua. Entonces sí me llamó para ponerme de vuelta y media y decirme que por un mes que no ha pagado y además sin avisar. También dijeron que la guerra la había empezado yo y que no le importaba porque él tenia agua otra vez y que podría haber cobrado la mitad del alquiler pero que ya no iba a cobrar nada y que hiciera lo que tuviera que hacer.

Busqué un abogado de pago y me dijo que volviera a pedir el agua porque es mi obligación hacia los inquilinos. Así que pagué su factura y el nuevo contrato de contador.

Se les iba a desahuciar en noviembre pero con la pandemia alargaron hasta final de enero. Llegado ese tiempo mi abogado mandó un escrito al juzgado para poder seguir con el desahucio ya que yo no tengo varios inmuebles, ni mucho menos 10 como dice la ley para no poder desahuciar.

Yo bajé en febrero a Marruecos y me pilló allí el confinamiento, no pude volver hasta agosto y el único ingreso que tenía era ese alquiler. Al mes de volver me salió trabajo pero verdaderamente me pregunto, ¿para qué trabajo yo? Mejor vendo por dos euros el piso y que me mantengan a mí como mantienen a mis inquilinos, que los pobres sin pegar palo al agua cobran más que yo trabajando ocho horas. Ellos son insolventes pero yo solvente y a pagar como todo hijo de vecino la luz, el agua y a Hacienda.

Yo quiero saber para qué se les da ese dinero, ¿no es para que puedan vivir y paguen sus deudas o simplemente es para sus caprichos? Ahora me han vuelto a mandar otra factura de agua, 84 euracos de nada. Los pagos de la luz son diferentes a los del agua. Fui a ver cómo llevan el pago y me han comunicado que el último lo efectuaron en mayo de 2020. No me dan las facturas pero me dicen que tienen una deuda de más de mil euros. Cuando se les pueda echar, si quiero volver a alquilar el piso deberé pagar antes de todo lo que estos pobres insolventes dejan de pagar. De momento, el agua no se la voy a pagar y que salga el sol por donde quiera.

Estoy rabioso y no sé qué es lo que puedo llegar a hacer. Veo que la justicia no está hecha para la gente normal, sino para maleantes tanto de arriba como de abajo. También me duele que mirando internet vi que esa familia ya antes tenían problemas y fueron ocupas en 3 casas diferentes en Jaén y que la asistenta de seguro lo sabía o quiso fastidiar mi vida y dejarme sangrando. Ahora entiendo por qué nadie quiere alquilar sus pisos prefiriendo dejarlos vacíos aunque se deterioren. Y es una pena porque con personas como estas pagan justos por pecadores. Lo curioso es que la mancomunidad de servicios sociales busquen y ayuden a gente como esta, sin preocuparles para nada la gente a la que perjudican.