Desde hace quince años en Luquin se ha hecho tradición subir hasta la cabaña del Pastor para entregar a Olentzero las cartas de los niños y niñas de la localidad. Un paraje justo encima de Luquín que sirvió de parapeto en los malos días al pastor del pueblo Leoncio Sanz de Galdeano. "Ahora nos gusta subir hasta aquí. El año pasado arreglamos la cabaña y es un lugar muy accesible", aseguró Lidia Urabayen .