Tras el calor del día de víspera, el día de Santiago amaneció fresco en Elizondo. A muchos jóvenes les sorprendió el día en la calle, mientras los más madrugadores se preparaban para el día del patrón, otro gran día, que además este año tocaba en festivo, por lo que mucha gente podía disfrutarlo sin ataduras. Tras las altas temperaturas del día anterior, algunos agradecían la considerable bajada del mercurio, aunque otros tuvieron que echar mano de la chaquetica, por si acaso. ¡El tiempo nunca nos pondrá de acuerdo! El cielo encapotado de la mañana amenazaba lluvia, incluso ceste luneson algunas gotas que parecían que iban a ensombrecer la gran jornada festiva que se avecinaba, pero al final se impuso el sol, eso sí, mucho más tímido que en la jornada anterior.

El día grande de fiestas de Elizondo Ondikol

Tras las dianas, las autoridades recorrieron el camino desde la Herriko Etxea hasta la iglesia parroquial de Santiago, donde a las 11.00 horas, el párroco Javier Azpiroz ofició la misa en honor a Santiago. Misa cantada por la Agrupación Coral de Elizondo, bajo la dirección de Isabel Lácar, que interpretó la tradicional Misa de Eslava con Imanol Elizasu al órgano (al igual que en la Salve del día anterior, y no Félix Txoperena como publicamos en la edición de este lunes). En la misma, también participaron los dantzaris de Baztango Dantzariak, y tras la misa celebrada en la iglesia repleta de feligreses, una multitud, junto a la Comparsa y la Banda de Música Recreo de Elizondo, esperaba a la puerta de la iglesia, para ir en kalejira hasta la plaza de los Fueros, donde se bailaron las mutildantza oficial, y también el baile de los gigantes, acompañado por la Banda de Música recreo de Elizondo, bajo la batuta de Pello Etxebeste, que lleva varios meses en el cargo, y se estrena este año como director en las fiestas de Santiago. Anteriormente, cuatro de los seis gigantes de Elizondo, Fernando, Isabel, Enrique y Margarita, también bailaron el Vals Elizondo, interpretado por Baztango Gaitariak, creación del lesakarra Xabier Maritxalar, alumno de la escuela de gaita de Baztan, que también participó este lunes. Una obra que, precisamente, se estrenó este lunes. 

Mientras en la Plaza de los Fueros se bailaba la mutildantza oficial, donde participan hombres y mujeres desde hace varios años, en el jardín de la iglesia, alrededor de 20 hombres, contrarios a la participación de las mujeres en este baile, celebraban otra mutildantza, a la que se unieron varias mujeres al grito de ¡Gora borroka feminista! A pesar de la sorpresa inicial, los hombres que participaban en la mutildantza continuaron bailando junto a las mujeres.  Al finalizar los bailes, hubo una fuerte discusión entre simpatizantes de los partidarios de la mutildantza de los hombres y las mujeres que entraron a bailar junto a ellos. A pesar de que en todos los pueblos de Baztan se baila la mutildantza paritaria, en Elizondo, desde hace varios años el grupo Baztango Mutildantzariak ha seguido realizando sus propios bailes, fuera del programa oficial de fiestas, en diferentes lugares, los últimos en el jardín de la iglesia. Este lunes volvieron a bailar, aunque los participantes, y el público congregado alrededor del corro de dantzaris era sensiblemente inferior a otros años. 

El día grande de fiestas de Elizondo Ondikol

Este año se echó en falta la soka-dantza. El baile de hermandad, que tras muchos años sin bailarlo como se hacía antes, fue recuperado por el pueblo de Elizondo en 2016, y tras 4 años ininterrumpidos bailándolo, este lunes no tuvo lugar en la plaza. Parece que los dos años pasados sin fiestas a causa de la pandemia han hecho mella, y este año no se ha bailado. 

Tras los bailes de la Plaza de los Fueros, el pueblo ofreció un lunch debajo del Ayuntamiento, que desapareció en pocos minutos, por el hambre y la sed que, por lo visto, tenía la multitud que se acercó a probar bocado o tomar un trago. 

Tras el acto central del mediodía, la Comparsa siguió su camino por la calle Jaime Urrutia hasta la residencia de ancianos Francisco Joaquín Iriarte.

Mientras, la gente se dispersaba a tomar sitio en los bares de la localidad, para dar rienda suelta al vermut, antes de retirase a comer, junto a la familia, tanto en casas particulares, sociedades gastronómicas y restaurantes, que este lunes también colgaron el cartel de completo. 

Las comidas familiares en muchos casos se alargaron. Algunos aprovecharon para echarse la siesta y recuperar el sueño perdido la noche anterior, otros, con la tripa llena de buenos manjares, se aventuraron a los actos vespertinos, para luego entrelazarlos con la noche, que para muchos, sobre todo para la juventud, se avecinaba larga.