El sábado será el momento de disfrutar, de saltar, de gozar, de gritar e incluso de apartar y olvidar por unos días lo acontecido y vivido durante los últimos meses, un tiempo que, de acuerdo con Castillo, ha sido muy duro y exigente pero del que también saca su parte positiva.
¿Qué supone para los peralteses volver a vivir unas fiestas patronales?
–Es un síntoma claro de que recuperamos la normalidad. Son tres años desde que celebramos las últimas fiestas y supone dar ese paso que necesitamos para creernos que ya estamos en una situación en la que podemos volver a disfrutar de los placeres de la vida que el virus nos había quitado.
Ha decidido que lance el chupinazo el edil Alberto Rox. ¿Por qué?
–Alberto es el concejal más joven, preside el área de Juventud y, por lo tanto, los representa a todos ellos. Creo que, por un lado, es una forma de reconocer la capacidad de aguante de ese sector de la población porque, aunque a todos nos molesta no tener fiesta, ellos son los que las viven con mayor intensidad. Y, además, es una forma de reconocerle a él en particular el esfuerzo que ha tenido que hacer al coger la concejalía de Urbanismo y también la de Deporte y Juventud.
¿Cómo cree que van a ser estos días?
–Creo que se van a vivir con mucha intensidad. Pero la gente no debe equivocarse; la intensidad es comprensible, pero les pediría a todos que se respeten a sí mismos y que respeten a los demás. Que disfruten de las fiestas de la manera más sana posible y que permitan o hagan que los demás también disfruten.
Queda algo menos de un año para que concluya la legislatura, la segunda en la que ha estado al frente del Ayuntamiento, ¿qué balance hace de este último mandato?
–Sobre todo ha sido muy intenso, muy difícil y complejo por la Covid, pero también de mucho trabajo y de buenos resultados. Ha sido muy exigente pero a la vez muy agradecido en el sentido en el que estamos sacando adelante muchos temas.
¿Cómo ha sido gestionar, a nivel local, una pandemia mundial?
–Hemos tenido que aplicar lo que se aprobaba a nivel estatal y foral, y eso ha sido muy difícil; había que ir muy rápido y había que hacer un esfuerzo muy importante para interpretar todo. Ha sido un poco caótico en ese sentido, pero creo que hemos dado la cara y estamos orgullosos de haberlo hecho. Creo que, además, ha servido para que se viese la importancia que tenemos los Ayuntamientos porque hemos sido en quienes se ha apoyado la ciudadanía.
Fueron los primeros en cerrar a cal y canto la localidad. ¿Cómo cree que reaccionó la ciudadanía?
–Teníamos un nivel de incidencia muy alto; fuimos de los primeros en tenerlo tan elevado, se apuraron desde el Gobierno de Navarra y nos recomendaron el cierre. La ciudadanía creo que lo asumió con resignación y cabreo porque está claro que es algo que molesta. Por fortuna, fue algo que no duró mucho en el tiempo y que creo que sirvió para ayudar en la contención del virus. Para mí, como alcalde, fue una decisión muy complicada; había un hartazgo importante.
¿Qué proyectos de los que se paralizaron por la pandemia han podido retomar?
–Hemos sacado adelante la redacción del proyecto de la travesía, la redacción de un proyecto para defender mejor de las inundaciones la parte del Paseo Viejo, la redacción de un Plan de Emergencias contra las inundaciones, la concentración y puesta en riego de 1.240 hectáreas de regadío tradicional, la puesta en marcha de varias huertas ecológicas urbanas, la urbanización de 100.000 metros cuadrados de suelo industrial, además de múltiples inversiones en las instalaciones deportivas o en el centro cívico, la pavimentación, redes y alumbrado de la Trasera Sancho el Fuerte, la renovación del paseo de la mujer, así como varios derribos. Tenemos nueva página web, cabinas para ayudar con los trámites a distancia, nos hemos constituido en oficina de expedición de certificado CLAVE permanente, y hemos urbanizado el aparcamiento de autocaravanas. Hemos renovado el edificio de 0-3 y el colegio, y ha habido actuaciones en materia de eficiencia energética, entre otros muchos asuntos.
¿Qué proyectos aspira a terminar o, al menos, a poner en marcha antes de mayo de 2023?
–La puesta en riego de las parcelas comunales, el carril bici, la ejecución de las calles Rincón de la Llorona y Solana Alta, el derribo de Segundo Bajadero 10, la ruta ciclable del visón y, además, vamos a instalar autoconsumo en las instalaciones deportivas y se va crear comunidad energética con la Cámara de Comercio en el centro del pueblo.
¿En qué se parecen y en qué difieren los dos mandatos?
–Se parecen en que en la parte económica hemos mantenido saneadas las cuentas a pesar de las exigencias del Covid y a pesar de que hemos tenido que tirar de remanente tanto para ayudar a diferentes sectores como para hacer inversiones importantes. No hay deuda, y eso es muy importante. Además, hemos dado continuidad a proyectos de la anterior legislatura y, la principal diferencia, obviamente, ha sido la pandemia; nos ha complicado todo mucho.
El PSN les dio la llave de la Alcaldía. ¿Cree que era la opción lógica?
–Solo mantuvimos una reunión con el Partido Socialista y optó por esta vía porque entiendo que los proyectos, y la forma de hacer, coincidían mucho más con los nuestros que con los de Navarra Suma.
Ese pacto hizo que Navarra Suma quedara fuera. ¿Cómo diría que han llevado a cabo el papel de oposición?
–Es cierto que ganaron las elecciones por 50 votos, pero no hay que obviar que sacaron los mismos concejales que UPEI. Se están esforzando mucho en decir que han hecho una oposición responsable, y es verdad que en el momento más difícil de la pandemia relajaron el nivel de oposición porque creo que no tenía cabida ni la gente lo iba a entender. Sin embargo, el resto de la legislatura creo que no ha sido una oposición tan responsable como dice el líder de Navarra Suma.
¿Es cierto que recortaron el presupuesto de sus áreas entre un 40 y un 87%?
–Esto de analizar lo de hoy con respecto a lo de ayer como si fuese lo único que ha ocurrido en toda la historia es bastante tramposo. Las concejalías que llevan ahora; Comercio, Turismo, Medio Ambiente y Sanidad tienen muchísima más partida que lo que han tenido en toda la historia. Turismo ha pasado de 87.300 a 116.000 euros, un 34% más, y Medio Ambiente y Comercio han mantenido el presupuesto; la primera ha subido de 70.700 a 71.000 euros, y la segunda, de 50.000 a 50.400 euros. Además, resulta que cuando ellos gobernaban y llevábamos nosotros Medio Ambiente le daban 2.000 euros, la de Comercio ni tenía partida y Turismo contó con 8.000 euros, si es que llegó. Hay que tener memoria. Estas áreas están en los niveles más altos a nivel presupuestario de toda su historia.
¿De qué proyecto se siente más orgulloso de los que ha impulsado?
–Sin duda el más importante es la llegada del agua del Canal de Navarra para consumo doméstico porque es el que más repercusión está teniendo en las familias. Luego están el cambio a led de las calles, la puesta en riego y concentración del regadío y comunal, el polígono industrial, y la implantación de la planta solar con todo lo que va a repercutir a nivel económico en el pueblo.
¿Qué atractivos tiene en la actualidad Peralta y, por el contrario, qué carencias deben paliar?
–Peralta tiene capacidad para crear empleo y, además, empleo estable, tiene muchos servicios; instalaciones deportivas envidiables, una casa de cultura, biblioteca, bancos, tiene un término grande por el que pasear, y una gran riqueza ambiental. De hecho, es territorio visón. Además, energéticamente va a ser un lugar relevante que nos dará muchas posibilidades. Por el contrario, la principal carencia, sin duda, es la vivienda; aquí tenemos de todo menos vivienda nueva. Se está construyendo pero a un ritmo lento.
En diciembre vivieron una nueva riada, ¿cree que se deben o pueden tomar medidas preventivas ante nuevas avenidas?
–Por nuestra parte hemos trabajado en dos aspectos; en el Plan de Emergencia que ya está hecho a falta de la aprobación por parte del Gobierno de Navarra, y tenemos un proyecto para el que hemos solicitado ayuda para reconvertir la red de pluviales de la zona del Paseo Viejo; una nueva evacuación al río y un bombeo posterior para evitar que se inunde esta parte.
Un tema que les ha traído de cabeza es el campo de fútbol. ¿Está satisfecho con el resultado?
–Ahí está funcionando. Hicimos una licitación y ganó el mejor. Se adjudicó la obra y en un momento determinado, y pensando que no estaban haciéndolo bien, paré las obras unos días. El técnico llegó y comprobó que estaban haciendo lo correcto y todo siguió adelante. Desde la oposición me lanzaron acusaciones muy graves, pero lo importante es que, con perspectiva, el servicio se está dando y encima fue más barato que cuando lo hicieron ellos. Volvemos a lo mismo: cuando vas a criticar algo, mira primero lo que has hecho tú.
Otro ha sido el asunto de las cámaras de videovigilancia. ¿Cómo le rebate a quienes dicen que las colocaron con afán recaudatorio?
–Han hecho su papel y siguen haciéndolo: que haya más seguridad ciudadana y mejor circulación en la travesía. El nivel de sanciones ha bajado muchísimo porque ya han cumplido con su objetivo que era el de corregir ciertos comportamientos.
La mejora del casco antiguo es otro de los proyectos que hay sobre la mesa. ¿Qué quieren conseguir?
–Queremos hacerlo más atractivo, habitable, que la gente quiera vivir en él y proteger todo aquello que merece la pena desde el punto de vista cultural. Le vamos a dar más espacio, queremos que las calles sean más transitables, que en las construcciones se guarde una estética, e ir saneando los edificios que no están en condiciones. Todo ello, además, con la perspectiva del cambio climático porque se basa en el proyecto Egoki2.
A pesar de la última urbanización y ampliación del polígono les achacan que está habiendo una pérdida empresarial. ¿Es cierto?
–No es cierto. Peralta tiene un potencial tremendo porque tiene un polígono con mucho servicios y funciona, en la medida de los posible, a kilómetro cero, que es algo muy importante. Además, Peralta tiene una capacidad de crecimiento de suelo industrial de 400.000 metros cuadrados en su planeamiento urbanístico y, encima, el precio lo hemos dejado muy competitivo, a 40 euros el metro cuadrado; creo que es un lugar muy interesante para desarrollar un negocio por las condiciones del suelo y del entorno.
Han sido varios los Ayuntamientos que han tenido que tomar acciones en las instalaciones deportivas debido a la subida de suministros. ¿En qué situación está la piscina de Peralta? ¿Podría haber algún recorte o, incluso, llegar al cierre?
–Se está tensando tanto la cosa que no sabemos hasta qué punto y hasta cuándo las empresas que tienen adjudicadas la gestión van a aguantar porque ya nos están trasladando que no pueden más. Se está trabajando en ayudas para el autoconsumo y en ver hasta dónde los Ayuntamientos tenemos que hacer frente o no a esa deuda. Además, se van a solicitar ayudas a nivel general porque las vamos a necesitar. En cuanto al cierre, sí, nos lo podríamos plantear.
En Peralta cada cierto tiempo aparecen ruinas. ¿Cómo están preservándolas? ¿Qué proyectos hay en marcha a este respecto?
–Una de las líneas en las que dijimos que íbamos a trabajar era en la recuperación de nuestro patrimonio e historia, y en ello estamos, pero es algo que cuesta mucho. En la ermita del Pero venimos trabajando toda la legislatura recuperando la labor de una arqueóloga local; hemos hecho dos campañas de excavación con la participación de estudiantes y de vecinos voluntarios y están apareciendo unas ruinas muy consistentes y con una altura de muros importante. Tenemos el Atalaya donde este año se va a hacer un Plan Director con el objetivo de dejar consolidadas las ruinas visibles y hacer un circuito para que sea visitable y también está la iglesia de Arlas en la que hemos hecho algún trabajo de investigación. Por último, están los mosaicos que aparecieron en las obras de concentración; estamos solucionado el tema de la permuta para que la parcela sea nuestra y nos sentaremos con Príncipe de Viana en septiembre, después de fiestas, para ver qué hacemos allí.
El hecho de ser un partido municipalista, ¿qué ventajas y qué inconvenientes tiene a la hora de Gobernar y de tratar con Ejecutivos forales de otros colores?
–A nivel local te da cierta libertad y eso es muy importante porque aunque todo está encorsetado, el hecho de tener esa capacidad y autonomía en la toma de decisiones está muy bien. Para quién no conozca cómo está constituido esto es cierto que a veces, aunque no debiera de ser así, estar dentro de un partido te da ciertas ventajas. A nosotros no nos ha penalizado el hecho de no pertenecer a un partido concreto y cuando hemos estado gobernando y nos hemos sentado con quien estuviera en el Gobierno de Navarra nos han atendido siempre bien. Nunca nos hemos sentido maltratados por ser una agrupación local independiente, y está claro que no escondemos los colores; somos claramente Unión Peraltesa de Izquierdas y, por lo tanto, nuestras políticas son progresistas y somos una agrupación que cuando estamos en el poder lo hacemos pensando en todos.
Estos años ha compaginado el cargo en la Alcaldía con la presidencia de la Federación Navarra de Municipios y Concejos. ¿Cómo lo ha llevado?
–Ha sido muy exigente pero también muy positivo porque he aprendido mucho. Es un puesto que me ha permitido tomar decisiones en momentos complicados y, aunque ha supuesto muchos malos ratos, hemos tratado de sacar adelante un tema muy complicado como ha sido la pandemia. Está siendo muy reconfortante a nivel de esfuerzo.
¿Cree que el hecho de ostentar dicho cargo le ha beneficiado a los peralteses?
–De entrada no le perjudica, como algunos decían. Creo que tener información siempre es bueno. Si el alcalde se está enterando de muchas cosas en Pamplona, de primera mano y muy rápido, creo que eso es positivo.
¿Cómo le gustaría, en su rol como alcalde, que le recordasen los vecinos?
–Como alguien que ha intentado trabajar y sacar las cosas adelante, y que lo ha hecho de forma responsable.
Pocos se atreven a desvelar ya su futuro, pero, ¿será el cabeza de lista de UPEI en las próximas elecciones?
–No tengo una decisión tomada porque, además, lo tengo que hablar con el Consejo de mi agrupación. De la pandemia venimos todos muy tocados, pero a lo largo de la legislatura hay muchos momentos en los que dejarías todo y otros muchos en los que tienes muchas ganas de seguir. Tengo que hablarlo con mucha gente y yo tengo que tener claro si quiero o no seguir. No lo sé aún, y estoy siendo muy sincero.
Si no repite, ¿cree que puede lastrar al partido el hecho de que la cara visible de los últimos años se vaya o, por el contrario, la savia nueva puede ser algo positivo?
–Siempre es beneficioso que entre savia nueva; creo que hay que tener un equilibro entre no tener cada año gente nueva porque no acabas de estabilizar, y entre que una persona esté ahí mucho tiempo. Hay que buscar lo que aporte más a la agrupación pero, sobre todo, lo que aporte más al Ayuntamiento y a la ciudadanía. No creo que el hecho de que yo me quede o me vaya merme a UPEI porque es una agrupación que está muy por encima de quién esté encabezándola en un momento determinado y tiene gente suficiente para sustituirme a mí o a cualquier otro con totales garantías.
Dado el desgaste político, ¿cree que UPEI podría volver a ganar las elecciones?
–Si por el trabajo que hemos hecho esta legislatura hay que decidir quién gana las elecciones, no tengo ninguna duda: sí. Ya sabemos que esto luego va más de colores políticos que de otra cosa, pero si se analizara desde el punto de vista de la gestión, lo tengo claro, UPEI está en un momento en el que perfectamente puede ganar las próximas elecciones.