Los tafalleses y tafallesas se han vestido de blanco y rojo para dar la bienvenida a sus queridas fiestas patronales de la Asunción en una plaza Francisco de Navarra abarrotada de gente con ganas de jarana. Pese a las lluvias de ayer, martes, el tiempo a acompañado en todo momento, con nubes y claros, y los vecinos han podido disfrutar de un estupendo inicio de fiestas de la mano de la Escuela de Música.

A falta de media hora para lanzar el cohete, había poca gente esperando frente al balcón del Ayuntamiento. La mayoría de los vecinos se encontraba en las terrazas de los bares de las calles colindantes aprovechando hasta el último minuto para disfrutar del almuerzo. Los más pequeños utilizaron ese ratito para colocarse en el escenario junto al quiosco y tener una buena posición para el esperado momento.

El grupo de amigas formado por Nora, Naia y Haizea ya estaba preparado y esperaba con ansias el inicio de las fiestas. “Tenemos muchas ganas, salimos casi todos los días todos los amigos y nos lo pasamos muy bien. Lo que más nos gusta son las barracas, la música y los toros”, han afirmado. Además han añadido que disfrutan especialmente de estas fiestas porque “no son tan grandes como San Fermín y tienes todo mucho más cerca y mejor”.

Poco a poco, la plaza ha comenzado a llenarse y para las 11.45 horas ya estaba prácticamente abarrotada de personas de todas las edades. Los más osados se han atrevido a introducirse en las primeras filas, donde los jóvenes ya estaban manchados de vino. Incluso se ha visto volando alguna zapatilla.

La espera para muchos de ellos ha sido larga. Como es en el caso de los jóvenes tafalleses Derek, Nuria y Laura. “Se nos está haciendo eterno, pero ya no queda nada para disfrutar”, han proclamado. “Tenemos muchas ganas de fiesta y pasar el tiempo en la peña. Queremos que llegue ya el Grand Prix –un concurso entre las peñas de Tafalla–, va a ganar la nuestra, ¡El Cierzo!”, han exclamado.

Reivindicaciones

Las reivindicaciones han tenido su hueco en el comienzo de las fiestas. De la fachada del Ayuntamiento se ha colgado la bandera del colectivo LGTBIQ+ y pancartas. Una tenía escrito: “Como en el franquismo, ikurriña debekatua”, y la otra “Dendenak etxera!”. Abajo, entre el público, también se han exhibido varias banderas de Navarra e ikurriñas, una especialmente grande en la que se ha podido leer Euskal Herria Erabaki, y varias pancartas a favor de la independencia.

Cuando faltaban apenas cinco minutos, la gente ya estaba más que animada, los balcones, tanto los del Ayuntamiento como los de vecinos de la plaza estaban llenos. Solo faltaban por salir los encargados de dar el pistoletazo de salida a las fiestas, la Escuela de Música de Tafalla, que cumple este año medio siglo.

A las 12.00 horas, bien puntuales, el director del centro musical, José Mari Velasco Lucito, en compañía de los profesores Rubén García, Xabier Olkoz, Ananda Larrea, Jon Zufiaurre y de Daniel Huarte, jefe de estudios, ha salido al balcón muy animados. “¡Tafallesas, tafalleses! Tafallarrak! ¡Que paséis unas felices fiestas! ¡Viva la Virgen de la Asunción! ¡Viva San Sebastián! ¡¡¡Viva la música!!! ¡Viva Tafalla! Gora Tafalla!”, han proclamado justo antes de prender la mecha.

Las txarangas que ya estaban colocadas en la plaza no han perdido ni un segundo y tras la explosión han inundado la plaza de música. Las peñas de la localidad: El Aguazón, El Empuje y El Cierzo han comenzado su desfile y una tras otra han ido abandonando la plaza por la avenida Severino Fernández mientras de los balcones caía el agua que lanzaban los vecinos con ollas o con mangueras.

Cuando las peñas han abandonado la plaza, gaiteros y tamborileros de todas las edades han formado un circulo y han tocado canciones míticas. A continuación, ha sido el turno de la Tafallesa que poco después también ha abandonado la plaza entre aplausos de los asistentes.

Visitantes

Las fiestas no solo las vivirán los locales y la vecinos de los alrededores, también gente de todo el mundo se ha acercado a Tafalla para disfrutar de los festejos. Como es el caso de los estadounidenses Richard Kampf y su mujer Carmen, que han venido desde Calabasas, California, para “visitar a unos amigos y disfrutar de España", comentaban. “Yo estuve viviendo aquí hace más de 40 años y todavía no había vuelto en fiestas”, explica Richard. “Son las mejores del mundo, la gente es estupenda y es todo muy íntimo y familiar”.