Ganado bravo, monte y emoción, mucha emoción. Es lo que se entremezcla en uno de los encierros con más solera de la geografía navarra. Se trata de una imprevisible suelta de vacas en la que las reses campan a sus anchas y no permiten demasiadas florituras a los valientes participantes. Eso sí, las particularidades del recorrido, en donde los animales se hacen los dueños pudiendo incluso llegar a trepar por algunas de las paredes, hacen que siempre se mantenga la incertidumbre.
“Es el momento más emocionante y la seña de identidad de nuestras fiestas, por lo que nos supone mucha repercusión, sobre todo a nivel turístico”, aseguró David Bienzobas, concejal del Ayuntamiento de Arguedas, quien añadió que, “también a nivel personal es mi momento favorito de las fiestas porque es donde se juntan desde los vecinos más pequeños hasta los más mayores”. En este mismo sentido se expresó David Morella, conocido aficionado a los festejos taurinos y que actúa como director de lidia durante las fiestas, que afirmó que “es la esencia de Arguedas y sus fiestas”.
Una de las peculiaridades de esta suelta de vacas es que se traen reses con algunas características diferentes a lo que sería un encierro convencional. Así lo explica el propio Morella, quien indicó que “los ganaderos, tanto locales como de localidades cercanas que traen sus animales, siempre buscan vacas que no se hermanen como en un encierro de cualquier otra localidad, sino que se desperdiguen y cada una vaya por su lado”. Esto provoca que, para un director de lidia, sea casi imposible realizar el trabajo en el encierro. “Tener nueve vacas sueltas, muchas veces cada una de ellas en un punto del recorrido, hace que sea complicado llevar a cabo nuestra tarea, pero lo intentamos lo mejor que podemos”, comentó David Morella.
Origen
Los orígenes de este peculiar encierro se remontan a finales de siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuando se realizaba el transporte de los animales bravos que iban a participar en los actos taurinos de las fiestas, que por aquel entonces eran en septiembre, por el monte cercano a la Virgen del Yugo.
Este traslado se realizaba de madrugada para que los vecinos no estuvieran presentes y se pudiese llevar a cabo sin protección ni vallado, solo con los pastores y caballos. Poco a poco, los vecinos de la localidad fueron participando con carros para ver a las reses y se fue convirtiendo en un encierro propiamente dicho.
Cuando este transporte de animales comenzó a realizarse en camiones, estos no podían acceder hasta la zona de El Estrecho y se quedaban en la zona baja, pasando a llamarse encierro de La Concha. Esta tradición se fue perdiendo en los años 50 y acabó recuperándose en la década de los 80 para, año tras año, reunir a cientos de personas cada día en la ladera.
Interés turístico
Una de las batallas que mantiene el Ayuntamiento de Arguedas desde hace años es conseguir la denominación de Fiesta de Interés Turístico de Navarra para el encierro de El Estrecho, algo que el Gobierno Foral negó en 2018. Según explicaron, esta negación se debió a que “el evento no tiene elementos esenciales que contengan aspectos peculiares que lo singularicen respecto de otros actos similares que se realizan en algunas localidades navarras”. Además se añadía que “participa de características similares al encierro de Falces, ya catalogado como Fiesta de Interés Turístico, por lo que no puede considerarse como único”.
Sin embargo, en el Consistorio no se dan por vencidos y este año han vuelto a pedir este reconocimiento. “Estamos trabajando en ello porque creemos que Arguedas se lo merece. Este año ya lo hemos pedido y, aunque no tengamos el reconocimiento oficial, para nosotros la repercusión que tiene es como si lo tuviese”, señaló el edil David Bienzobas.
Esencia
Uno de los problemas con los que se encuentran este tipo de actos es conjugar la esencia del encierro con las nuevas normativas, cada vez más restrictivas en materia de seguridad. “Van a acabar forrando el vallado con goma espuma” bromeó David Morellas. Y es que desde la década de los 80 el encierro ha evolucionado añadiendo cada vez más vallado y más medidas de seguridad.
Aun así, el encierro sigue manteniendo su emoción cada tarde, atrayendo a un gran número de espectadores. Tal y como apuntó Bienzobas, “es complicado porque cada año la normativa se va ajustando más, aunque tenemos que acatarla y Policía Foral hace su trabajo por el bienestar de todos. Es cierto que la peligrosidad del encierro se va reduciendo, pero se mantiene la emoción al tratarse de animales bravos”.
Este año, aunque se han vivido momentos de peligro y algún mozo se ha visto involucrado en algún incidente sin gravedad, los encierros de El Estrecho están siendo tranquilos. Esta suelta de vacas se va a poder seguir disfrutando hasta el próximo domingo a las 18.00 horas de la tarde, así como a las 8.00 horas de la mañana el sábado y el propio domingo.
PROXIMOS ENCIERROS:
Jueves 7 - 18:00 - Ganadería: Arriazu
Viernes 8 - 18:00 - Ganadería: Juan José Laparte
Sábado 9 - 8:00 - Ganadería: Ustarroz
Sábado 9 - 18:00 - Ganadería: Ustarroz
Domingo 10 - 8:00 - Ganadería: Alfredo Íñiguez
Domingo 10 - 18:00 - Ganadería: Alfredo Íñiguez