Juanjo Hermoso de Mendoza San Juan comenzó a trabajar en BSH Esquíroz con 18 años en 1996. De Iruña –como él se presenta– y con orígenes en Cirauqui/Zirauki, ha pasado por diferentes puestos durante estas casi tres décadas de trayectoria laboral en la factoría de electrodomésticos.
Ha compaginado su actividad profesional con la sindical, y ha formado parte del comité en dos etapas: entre 1999 y 2007; y desde 2014 hasta la actualidad. Tras un periodo de baja, el 11 de diciembre del año pasado se reincorporó y asumió la presidencia del comité. “En las últimas elecciones, UGT, con siete delegados, y LAB, con tres, fueron las centrales más votadas, y decidimos repartir las responsabilidades: los primeros dos años UGT asumía la presidencia y LAB, la secretaría; y los dos años siguientes, al revés”, detalla.
Aquel miércoles de diciembre, Juanjo no se imaginaba el jarro de agua fría que iba a recibir cinco días después. Transcurridos diez meses desde el anuncio de “esta deslocalización”, insiste, está recibiendo ayuda psicológica tras haber “gestionado la incertidumbre de un ERE desde el dolor, unido a las personas trabajadoras de BSH Esquíroz”, sintetiza en pocas palabras este proceso que ha afrontado con “honestidad”.
El presidente del comité queda con este periódico el viernes por la mañana en Pamplona, después de haber mantenido una reunión con el Servicio Navarro de Empleo y el departamento de Industria. "En mi caso no sé cuándo va a terminar este proceso", explica con un cuaderno de LAB que deja encima de la mesa de la cafetería y que no consulta durante la conversación. Cada episodio de esta historia está muy vivo y no hace falta anotaciones.
¿Cómo se encuentra tras afrontar como presidente de comité el mayor ERE de Navarra, con 609 despidos?
Estoy recibiendo ayuda psicológica desde septiembre, porque quiero superar y olvidar todo lo negativo que ha supuesto este proceso y sanar mentalmente. Quiero recuperarme bien para continuar con mi vida laboral, ya que hay que seguir cotizando.
La plantilla ha sufrido un ERE que como novedad tenía el aviso preceptivo de seis meses. ¿Cómo lo han vivido trabajadores y trabajadoras?
Desde el punto de vista humano, este proceso ha unido a la plantilla. Hemos compartido mucho tiempo, e incluso hay quien ha descubierto a compañeros y compañeras, que antes del anuncio del ERE solo se saludaban. En estos largos meses hemos sufrido incertidumbre, y el comité sabía que debía estar unido. BSH Electrodomésticos España ha castigado a la plantilla y ha tensionado la situación en diferentes momentos.
“Moralmente nadie compartía las causas porque a todos los sindicatos nos pareció una medida desproporcionada”
¿Ha sido una deslocalización?
Sí, en toda regla. Bosch va a fabricar los modelos y los productos en otras ubicaciones para obtener mayor rentabilidad, previsiblemente en Polonia. La multinacional habla de gigafactorías de multiproducto, pero situadas en países en los que la mano de obra es más barata.
¿En algún momento la plantilla tenía la esperanza de revertir el cierre?
Difícil, una vez que la medida se adoptó en el seno de la multinacional en Múnich. A pesar de haber sido BSH Esquíroz una factoría y una plantilla referente para el grupo es prácticamente imposible.
El ERE de BSH se anunció seis meses antes de su ejecución como marca la normativa laboral, el borrador de ley foral va a ampliar ese periodo a nueve meses con condicionantes. ¿Qué opina?
Hay que hacer un uso adecuado de este periodo para buscar soluciones reales que favorezcan la continuidad de la actividad o facilitar una alternativa industrial, con la implicación institucional y la participación activa de las personas trabajadoras, ya que la compañía en estos meses nos ha vetado en la mesa de reindustrialización. Desde un punto de vista social, las empresas tendrían que asumir garantías de futuro para los trabajadores y trabajadoras, y mantener la actividad industrial en el periodo de transición hasta lograr una alternativa. Así, evitaríamos la travesía por el desierto que estamos viviendo como plantilla.
En estos meses, la unidad del comité, compuesto por UGT, LAB, CCOO, ELA, ATISS y Solidari, solo se rompió en el acuerdo del ERE. ¿Cómo recuerda ese episodio?
Entiendo que moralmente nadie compartía las causas porque a todos los sindicatos nos pareció una medida desproporcionada. UGT, CCOO, ATISS y Solidari alcanzaron el preacuerdo, y LAB y ELA entendimos que los argumentos no se sostenían y que defendíamos el mantenimiento de la planta y sus empleos. Finalmente, el texto recibió el respaldo de casi el 80% de la plantilla.
Con las condiciones de salida pactadas y seis meses por delante en la fábrica antes de ser despedidos, ¿cómo ha reaccionado la plantilla?
La factoría reanudó la actividad, con el objetivo de alcanzar el 95% de la producción este semestre, tal como se plasmó en el acuerdo. Las primeras semanas, los trabajadores y trabajadoras lograron un 60% de fabricación en lavavajillas y un 50% en frigoríficos. Con este porcentaje, en septiembre, la empresa suprimió el concepto de prima de producción en la nómina, el detonante para que la gente se plantara. La dirección de BSH mostró falta de sensibilidad y empatía porque a pesar de que existe un acuerdo de extinciones, la plantilla es consciente de que tiene fecha de caducidad en la fábrica, y esa losa psicológica impide llegar a ese 95%. A eso se añade la judicialización de casos y los impedimentos de la dirección para aceptar salidas anticipadas de personas, que les ha llevado a perder oportunidades laborales. Con este cúmulo de decisiones empresariales, BSH Esquíroz no produce desde el 11 de septiembre.
“Entre el 1 de enero y el 31 de marzo, BSH desmontará la planta, y trabajará con sus proveedoras históricas de mantenimiento”
El plan inicial del acuerdo establecía que las salidas se iban a ejecutar a finales de noviembre y diciembre, pero eso se ha modificado.
Sí, finalmente, el 15 de septiembre se marcharon 40 personas; y a finales del mes pasado, otras 24. El 6 de octubre salieron 160 trabajadores que tienen menos de 50 años. En estos momentos, prácticamente la totalidad de este colectivo ya ha dejado la fábrica. El próximo miércoles, otros 30 compañeros se desvincularán de BSH. Mucha gente está desesperada por irse en breves fechas por el machaque psicológico. Puede que a finales de octubre, las personas empleadas con más de 55 años comiencen a marcharse. Entre 50 y 54 años hay unos 220 trabajadores. Va a ser imposible olvidarse de los compañeros por todo lo vivido. Son muchos años, una vida.
Si no hay producción, ¿la dirección ha dejado de comprar material?
Dispone de material y componentes en stock por valor de 14 millones, y habrá un porcentaje alto que no va a poder usar porque sirven exclusivamente para los modelos de frigoríficos de Esquíroz. Así que acabará en chatarra. Esto es una paradoja, ya que BSH ha realizado este gasto excesivo y luego no quiere reconocer la antigüedad a ocho empleados que han encadenado contratos desde 2007. Ahí la empresa debía reconocer a estas personas su implicación con la fábrica.
¿En qué punto se encuentra el proceso de reindustrialización?
Sigue su curso: desde hace meses hay tres empresas interesadas del sector papelero, energético y defensa. En las últimas semanas, ha preguntado una firma holandesa del sector de la energía y cursará visita los próximos días. Tanto Gobierno de Navarra como el Ministerio de Industria están poniendo toda la carne en el asador. La relación con el consejero de Industria, Mikel Irujo, y la de Empleo, Carmen Maeztu, ha sido fluida. En ningún momento nos han vendido humo. Nos están explicando los avances y el trabajo serio que están realizando, y si algo cuaja no va a ser ni en dos, ni en tres ni en cinco meses, es cuestión de tiempo. También me gustaría agradecer la labor del director general de Empleo, Iñaki Mendioroz, y del director del Servicio de Trabajo, Javier Zubicoa.
¿Mereció la pena viajar hasta Bruselas al Parlamento Europeo?
Sí, entre nuestras demandas pedimos flexibilizar plazos, y creo que las reuniones con el gabinete de las comisarías de Industria y Empleo sirvieron para ello, ya que luego estos representantes contactaron con la cúpula de la compañía. El comité agradece la implicación de eurodiputados y eurodiputadas que nos apoyaron allá. Viajamos el 9 de junio, el mismo día que BSH confirmó que iba a presentar el ERE. El cuerpo nos pedía montarnos en un coche y regresar del aeropuerto a la fábrica, pero fuimos a Bruselas. Ese día nos llamó la presidenta María Chivite, y desde el Ministerio de Industria para respaldarnos.
Desde el 11 de septiembre la fábrica no produce. ¿Cómo es un día en Esquíroz?
Paseos por las instalaciones y hablar en grupo. La empresa ha pedido voluntarios de entre 50 y 54 años para vaciar las líneas de producción y hacer repuestos de puertas para el servicio técnico. Pero, en este punto, las personas trabajadoras reclaman incentivos para cubrir estas tareas hasta el 31 de diciembre. No sabemos si la dirección va a aceptar. Por eso, es previsible que BSH anuncie la salida de empleados de entre 50 y 54 las próximas semanas.
¿El comité se ha reunido con el Servicio Navarro de Empleo-Nafar Lansare (SNE-NL)?
Sí. La empresa de recolocación LHH va a acompañar a la plantilla en su proceso de encontrar un nuevo trabajo y se va a coordinar con el SNE-NL. Este último nos va a ayudar a tramitar la activación de la tarjeta de demandante de empleo. Como comité nos hemos comprometido a trasladar datos para favorecer y agilizar la gestión para la orientación y búsqueda de empleo. Además, el SNE-NL va a contactar con asociaciones empresariales para que se involucren con ofertas de empleo. Algunos compañeros y compañeras han empezado o van a a trabajar en breve en otras fábricas, como la papelera de Allo o enViscofan.
¿Qué ha ocurrido con las plantillas de empresas proveedoras?
Desde el comité hemos pedido al SNE que también tengan en cuenta a estas familias, ya que el ERE no solo afectaba a 609 personas sino a 400 puestos indirectos. Debido al cierre de Esquíroz, la empresa de limpiezas ISS va a plantear un ERE para extinguir el contrato a 20 personas que dependían de BSH; en el caso de Tasubinsa, la compañía va a recolocar a los 90 empleados afectados por el expediente; y entre el 1 de enero y el 31 de marzo, las industriales de mantenimiento históricas de la factoría de Esquíroz van a participar en el desmontaje de la factoría.
“Este proceso ha unido a la plantilla. Hay quien ha descubierto a compañeros, que antes solo se limitaba a saludar en la fábrica”
¿Qué va a suceder con los 18 empleados de la sección de bomba de calor?
A nivel internacional la multinacional está buscando perfiles idénticos a los compañeros y compañeras de la sección de bomba de calor para los electrodomésticos. Ellos ven su futuro con incertidumbre. Son conscientes de que en un momento determinado este trabajo va a trasladarse a Zaragoza o centralizarse en Polonia, siendo esta última la opción más factible. Estas 18 personas pueden acogerse a las condiciones de despido pactadas en el ERE.
Si le dicen hace un año que iba a pasar este proceso tan complejo, ¿se lo hubiera creído?
No. Desde el comité, el 15 de marzo de 2024 alertamos públicamente de que determinados modelos de Esquíroz se estaban fabricando en otras plantas y que la multinacional no estaba apostando por un proyecto industrial en Esquíroz. Nos pusimos en contacto con el departamento de Industria, y en junio del año pasado comparecimos en comisión en el Parlamento. Tras encadenar dos expedientes temporales en 2023 y 2024, preveíamos un escenario con muchos despidos, que en un proceso de negociación podrían reducirse, pero siempre conservando la actividad. En ningún momento, esperábamos un cierre, aunque no es tal porque todavía desarrollan su actividad los compañeros de bomba de calor.
¿Y ahora...?
Quedan pendientes las consecuencias. Se han iniciado procesos de impugnación individual de despido colectivo por diferentes colectivos que consideran que son claramente perjudicados –excedencias, personas de 59 a 62 años, etc–; o hay demandas solicitando medidas cautelares para no acudir al puesto de trabajo. En septiembre, he tenido que testificar en dos ocasiones en juicios. En mi caso, no sé realmente cuándo terminará este proceso.